Osteoporose
A continuación se describe la osteoporosis. La enfermedad se explica mediante una definición y se abordan las causas de la osteoporosis. Se muestran posibles síntomas de la osteoporosis. Además, a través del modo de acción de kybun se explica cómo los productos kybun pueden utilizarse como terapia para la osteoporosis.

Definición
¿Qué es la osteoporosis?
La osteoporosis es una enfermedad crónica del sistema esquelético caracterizada por una disminución de la densidad ósea y una alteración de la estructura ósea. En la osteoporosis el hueso pierde estabilidad, elasticidad y microarquitectura, lo que lo hace más susceptible a fracturas. Esta enfermedad es una de las patologías metabólicas óseas más comunes y afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente en poblaciones con envejecimiento.
Sano

Osteoporosis

En la terminología médica, la osteoporosis también se conoce como pérdida ósea. Está estrechamente relacionada con términos como densidad mineral ósea, resorción ósea, masa ósea y calidad ósea. La osteoporosis se considera una enfermedad esquelética sistémica que afecta al metabolismo óseo en su conjunto. Se distinguen dos formas principales de osteoporosis:
- Osteoporosis primaria: La osteoporosis primaria aparece sin una enfermedad subyacente reconocible, generalmente por la edad (osteoporosis senil) o por razones hormonales debido a la deficiencia de estrógenos tras la menopausia. Es la forma más frecuente (aprox. 95%) de pérdida ósea.
- Osteoporosis secundaria: La osteoporosis secundaria se desarrolla como consecuencia de otras enfermedades (p. ej., alteraciones hormonales) o por medicamentos (p. ej., cortisona). En este caso destaca la causa subyacente.
La osteoporosis es un tema relevante en la educación sanitaria, el diagnóstico médico (p. ej., medición DXA, densitometría ósea) y en la política de salud, ya que tiene importantes repercusiones en la calidad de vida, la movilidad y la necesidad de cuidados.
Causas de la osteoporosis
La osteoporosis —a menudo denominada médicamente pérdida ósea— es una de las enfermedades óseas más frecuentes en el mundo. Se desarrolla durante muchos años, ya que la densidad ósea disminuye gradualmente y los huesos se vuelven más frágiles. Las causas de la osteoporosis son variadas, pero en el centro está un desequilibrio entre la resorción y la formación ósea. Normalmente el tejido óseo poroso se renueva constantemente, pero en la osteoporosis este equilibrio se rompe. Los procesos de resorción ósea superan a los de formación, lo que conduce a una reducción de la densidad ósea.
Un factor decisivo para la pérdida de densidad ósea es el cambio hormonal. Especialmente las mujeres tras la menopausia se ven afectadas, ya que la caída de los niveles de estrógeno acelera notablemente la resorción ósea. Esto explica por qué la enfermedad es más frecuente en mujeres mayores. Los hombres también pueden desarrollar osteoporosis, generalmente más tarde y a menudo en relación con factores de riesgo adicionales. La carencia de nutrientes esenciales también contribuye significativamente a la pérdida ósea con la edad. Sin suficiente calcio y vitamina D, el cuerpo no puede sostener adecuadamente la formación ósea. Aquí queda clara la importancia de la ingesta de minerales. En la práctica se observa que una deficiencia prolongada de calcio o vitamina D es una de las causas decisivas de la osteoporosis. Otras causas son enfermedades crónicas que pueden dar lugar a una osteoporosis secundaria, como trastornos hormonales (p. ej., hipertiroidismo), diabetes o el síndrome de Cushing. También el consumo prolongado de ciertos medicamentos, sobre todo preparados con cortisona, influye. Estos factores de riesgo aceleran la resorción ósea y pueden explicar casos de osteoporosis en personas más jóvenes.
No deben subestimarse los factores del estilo de vida: la falta de actividad física, el tabaquismo, el consumo elevado de alcohol y el bajo peso favorecen la osteoporosis. Especialmente la llamada osteoporosis por inactividad demuestra que la falta de ejercicio debilita los huesos de manera significativa. La investigación subraya la importancia del ejercicio y la nutrición para prevenir la enfermedad.
Síntomas de la osteoporosis
Los síntomas de la osteoporosis dependen en gran medida de factores individuales, como el grado de pérdida ósea, el estado físico general, los factores de riesgo existentes y la percepción personal del dolor. Muchas personas afectadas no notan molestias durante mucho tiempo, por lo que el diagnóstico de osteoporosis a menudo se realiza tarde. Una prueba de osteoporosis o métodos específicos de diagnóstico como la densitometría ósea pueden aportar indicios importantes. No obstante, para una clarificación definitiva siempre debe consultarse a un médico. A continuación se describen los síntomas típicos de la pérdida ósea. La lista no es exhaustiva, pero ilustra las molestias más frecuentes asociadas a la pérdida ósea en la edad avanzada.
- Dolor de espalda inespecífico: Dolores de espalda persistentes o recurrentes, que a menudo se agravan con pequeños movimientos, pertenecen a los primeros signos.
- Pérdida de altura: El colapso de cuerpos vertebrales hace que muchos afectados presenten una pérdida de estatura medible.
- Aumento de fracturas óseas: Incluso caídas o cargas leves pueden provocar fracturas —un signo típico de huesos frágiles.
- Curvatura de la columna vertebral (cifosis): La llamada “joroba de viuda” surge por el colapso de varios cuerpos vertebrales y es un signo visible de osteoporosis avanzada.
- Dolores súbitos e intensos: Los dolores agudos pueden aparecer con fracturas vertebrales o de cadera.
- Movilidad reducida: El dolor y la inestabilidad reducen la capacidad de movimiento, dificultando la vida diaria.
- Dolor en la cadera o la ingle: Los dolores localizados suelen indicar fracturas o inestabilidades en esa zona.
- Dolor de hombro y cuello: Pueden originarse por posturas compensatorias cuando la columna se deforma por la pérdida ósea.
- Tensión muscular crónica: Por posturas de protección e inestabilidad, muchos afectados desarrollan musculatura tensa en la espalda y el cuello.
- Molestias articulares: Aunque el hueso es el afectado primario, las personas con osteoporosis informan de dolores articulares por cambios en las cargas.
- Inseguridad al caminar y problemas de equilibrio: A raíz de fracturas y por evitar el movimiento se desarrolla inseguridad al andar y aumenta el riesgo de caídas.
- Sensaciones de entumecimiento u hormigueo: Estos síntomas pueden surgir cuando cambios en los cuerpos vertebrales comprimen nervios.
- Cansancio y debilidad general: El dolor crónico, la inactividad y el riesgo de fracturas suelen reducir la vitalidad.
- Fracturas costales con dificultad respiratoria: En osteoporosis avanzada pueden producirse fracturas espontáneas de las costillas, que causan dolor al respirar.
- Carga psicológica: No es raro que aparezcan miedos, depresión o retraimiento social cuando la osteoporosis limita mucho la vida.
Los síntomas se desarrollan generalmente de forma insidiosa. Por eso es importante tomar en serio las primeras señales de osteoporosis y aclararlas mediante una densitometría ósea u otros métodos de diagnóstico. La prevención temprana puede influir positivamente en el dolor y la progresión de la enfermedad.
Terapias convencionales – ¿qué ayuda en la osteoporosis?
Para tratar eficazmente la osteoporosis o, en el mejor de los casos, prevenirla, existen distintos enfoques terapéuticos. El objetivo principal es ralentizar la pérdida ósea, estabilizar o aumentar la densidad ósea y reducir el riesgo de fracturas. Además del tratamiento de la osteoporosis en sí, la prevención de nuevas fracturas juega un papel importante. A continuación se muestran diversas opciones de tratamiento convencionales. A menudo se combinan varios enfoques para obtener la mejor terapia posible. La lista no es exhaustiva, pero refleja las opciones habituales en el tratamiento de la osteoporosis.
- Suplementos de calcio y vitamina D: Un aporte suficiente de calcio y vitamina D es un pilar básico del tratamiento. Apoya la formación ósea y previene fracturas.
- Tratamiento farmacológico de la osteoporosis: El uso de medicamentos específicos forma parte del tratamiento estándar. Estos fármacos inhiben la resorción ósea y fortalecen la estructura ósea.
- Terapia hormonal: En mujeres postmenopáusicas, un tratamiento con estrógenos puede ayudar a contrarrestar las causas hormonales de la resorción ósea.
- Fisioterapia y ejercicio: Ejercicios dirigidos mejoran la postura, la coordinación y la fuerza muscular —importantes para evitar caídas y aliviar el dolor.
- Terapia ocupacional: Ayuda a las personas afectadas a realizar las actividades diarias de forma segura pese a la osteoporosis.
- Ayudas ortopédicas: Plantillas especiales, corsés o ayudas para caminar pueden proporcionar estabilidad y reducir el dolor durante la evolución de la osteoporosis.
- Terapia del dolor: Además de la medicación analgésica clásica, existen enfoques farmacológicos específicos para el manejo del dolor asociado a la osteoporosis.
- Dieta saludable: Una alimentación equilibrada con calcio, vitamina D y proteínas es importante para poder aumentar o mantener la densidad ósea.
- Entrenamiento de fuerza: El entrenamiento de fuerza somete a los músculos a tensión y presión sobre los huesos, lo que estimula las células óseas y favorece la formación de masa ósea —parte central del tratamiento.
- Cirugías por fracturas: En casos graves o fracturas en columna o cadera, las intervenciones quirúrgicas forman parte del tratamiento.
- Prevención de caídas: Medidas para reducir el riesgo de caídas —p. ej., adaptación del hogar o entrenamiento del equilibrio— pertenecen también a la terapia convencional.
- Cuidados de enfermería: En el marco de los cuidados se ayuda a controlar el dolor, mantener la movilidad y facilitar la autonomía en la medida de lo posible.
- Controles regulares: Repetir densitometrías u otros métodos de diagnóstico ayuda a supervisar la evolución y ajustar el tratamiento individualmente.
Modo de acción de kybun – ¿qué ayuda en la osteoporosis?
Los productos kybun actúan específicamente donde surgen muchos problemas en personas con osteoporosis: movilidad limitada, mayor riesgo de caídas, debilidad muscular, pérdida ósea y dolor debido a la menor densidad ósea. Gracias a la suela elástico-rebote, los zapatos kybun alivian el sistema locomotor y, al mismo tiempo, promueven un paso natural y activo. Esta combinación puede ayudar a fortalecer suavemente la musculatura, mejorar la circulación y estabilizar el equilibrio —factores importantes en la terapia de la osteoporosis. Caminar sobre el material kybun también entrena la musculatura profunda y mejora la postura corporal, lo que contribuye al tratamiento de la osteoporosis y puede aumentar la calidad de vida diaria. Así, los zapatos kybun ofrecen un apoyo valioso en la vida cotidiana para mantener la movilidad y reducir el riesgo de caídas.
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Fomento del movimiento y reducción del tiempo sedentario
El movimiento regular se considera una de las medidas centrales para tratar la osteoporosis, para frenar la resorción ósea y estimular la formación ósea. La falta de actividad física, en cambio, aumenta el riesgo de síntomas como dolor o movilidad reducida. Los zapatos kybun, por su suela elástico-rebote, fomentan el gusto por moverse, ya que el estar de pie y caminar de forma dinámica activa y descarga el sistema locomotor de forma suave. Mediante esta terapia para la osteoporosis no solo se entrena la musculatura, sino que también se estimula la circulación y se mejora la movilidad. De este modo, los productos kybun pueden ayudar a reducir el tiempo que se pasa sentado —un aspecto importante para prevenir la osteoporosis o influir positivamente en su curso. A continuación se detallan los efectos positivos asociados al fomento del movimiento con productos kybun.
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Activación y fortalecimiento de la musculatura por la propiedad elástico-rebote
Un suelo elástico y con rebote puede favorecer la activación y el fortalecimiento muscular específicos y, con ello, contribuir de forma importante a la prevención y el tratamiento de la osteoporosis. Al caminar y estar sobre una superficie que cede ligeramente, la musculatura —especialmente de pies, piernas, pelvis y tronco— debe realizar continuamente pequeños movimientos compensatorios para mantener el equilibrio. Esta activación refleja entrena sobre todo la musculatura profunda, esencial para la estabilidad, el control postural y el alivio de los huesos. Gracias a la carga continua mejora no solo la fuerza de distintos grupos musculares, sino también su coordinación, lo que aumenta la seguridad en el movimiento y previene caídas en personas con pérdida ósea.
La activación de la musculatura del pie desempeña un papel especialmente importante. Los pies son la base de la postura y contribuyen decisivamente a la transmisión de fuerzas y a la absorción de impactos en cada paso. Una musculatura plantar bien entrenada estabiliza el arco del pie, apoya la estática corporal y reduce las sobrecargas que con frecuencia se asocian a dolor o fracturas en la osteoporosis.
Mediante la mayor actividad muscular se estabilizan además rodillas, cadera y columna vertebral. Esta estabilidad favorece la densidad ósea y protege frente a sobrecargas. Gracias al hundimiento lento y controlado del talón en el material elástico-rebote se crea una tensión miofascial que descarga el sistema locomotor y distribuye las fuerzas sobre los huesos de forma más uniforme. Así no solo puede aliviarse el dolor de la osteoporosis, sino también mejorarse la movilidad y la calidad de vida de las personas afectadas a largo plazo.
Equilibrio y EMG
La capacidad de equilibrio se midió con una plataforma de fuerza mediante el movimiento del centro de gravedad del cuerpo de adelante hacia atrás (ant-post) y lateralmente (med-lat) al estar de pie. Paralelamente, una electromiografía (EMG) registró la actividad muscular.

Con zapatos convencionales
- Actividad muscular reducida
- Amplitud de movimiento del centro de gravedad reducida

Con zapatos kybun
- Aumento de la actividad muscular
- Aumento de la amplitud de movimiento del centro de gravedad
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Reducción de la transmisión de fuerzas de suelos duros y planos por efecto amortiguador
Los suelos duros y planos transmiten en cada paso las fuerzas de impacto directamente desde los pies a rodillas, caderas y columna vertebral. Estas microcargas repetidas pueden someter la estructura ósea ya debilitada en personas con osteoporosis y aumentar el riesgo de dolor o fracturas. Al caminar con los zapatos kybun, el material elástico-rebote de la suela se comprime. Gracias al denominado efecto rebote, parte de las fuerzas generadas se absorben y se liberan suavemente para facilitar el despegue del pie. Así se consigue una amortiguación eficaz que reduce los picos de carga sobre huesos, articulaciones y columna vertebral.
Este efecto amortiguador descarga los huesos, que con la pérdida ósea son menos resistentes a los impactos, y apoya su función natural como sistema de soporte. Muy importante: al hundirse lentamente el talón en la suela elástica, el cuerpo dispone de más tiempo para activar los grupos musculares estabilizadores. Esto mejora el tono muscular basal, lo que conduce a un mejor guiado articular y, por tanto, a una disminución del riesgo de caídas y de sobrecargas y malas cargas en los huesos.
- Impacto de la fuerza 1 en el apoyo del talón con zapatos convencionales
- Impacto de la fuerza 2 en el apoyo del talón con zapatos kybun
- Fuerza en Newton
- Tiempo en segundos
- Caminar en suelo plano y duro con zapatos kybun
- Caminar en suelo plano y duro con otros zapatos
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Rodadura natural del pie gracias a la activación muscular y la función de despegue
Al apoyar el talón en los zapatos kybun, el material elástico-rebote se comprime suavemente. Debido a este hundimiento más lento, se retrasa el momento de máxima carga de fuerza. Este tiempo adicional permite que la musculatura se active a tiempo y que el pie se apoye de forma controlada. La activación resultante estabiliza el arco plantar y aprovecha su función natural de absorción de impactos —una ventaja esencial para las personas con osteoporosis, ya que alivia huesos sensibles y las articulaciones de rodilla y cadera.
Por otra parte, el hundimiento retardado en el apoyo del talón con los zapatos kybun, junto con la activación muscular asociada, permite un movimiento de rodadura natural desde el talón, pasando por la parte media hasta el antepié. La rodadura activa favorece una marcha fluida y segura, distribuye las cargas de manera más uniforme por todo el sistema locomotor y mejora la movilidad articular. En la osteoporosis esto es especialmente importante, ya que las posturas de protección y la marcha insegura aumentan el riesgo de cargas incorrectas y de caídas.
La rodadura natural no solo protege los huesos, sino también mejora el suministro al sistema locomotor mediante una mejor circulación. Más información en la sección siguiente.
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Distribución optimizada de la presión
Los productos kybun elástico-rebote envuelven toda la planta del pie de manera uniforme y aseguran así una distribución optimizada de la presión. Especialmente en la osteoporosis, donde huesos y articulaciones son más sensibles, esta carga uniforme reduce el riesgo de sobrecarga. La adaptación dinámica de la superficie de apoyo disminuye los focos de presión y protege las articulaciones y la columna vertebral frente a cargas incorrectas y excesivas. Gracias a la distribución más amplia del peso se logra una postura más estable, lo que reduce las caídas y, por tanto, el riesgo de fracturas.

con kybun

sin kybun
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Cuidado y protección de las fascias
Caminar sobre una superficie elástico-rebote no solo puede descargar las articulaciones, sino también cuidar y proteger las fascias —la red de tejido conectivo que une músculos, huesos y órganos—. En la osteoporosis una estructura fascial sana tiene un papel relevante, ya que apoya la estabilidad ósea y puede reducir las cargas incorrectas.
Los impulsos suaves, rítmicos y con rebote al caminar favorecen la circulación, el intercambio de líquidos en las capas fasciales y la eliminación de productos metabólicos. De este modo se pueden disolver o evitar adhesiones y endurecimientos. Si las fascias están poco o unilateralmente cargadas —por ejemplo por periodos prolongados sentado o movimientos monótonos— pierden elasticidad y capacidad de deslizamiento. Esto puede causar tensiones, limitación de la movilidad y un aumento de las cargas sobre el sistema locomotor.
En la pérdida ósea, una fascia endurecida puede contribuir a que las cargas se transmitan de forma desigual a huesos y articulaciones, aumentando el riesgo de dolor o incluso fracturas. La superficie elástico-rebote, en cambio, impulsa al cuerpo hacia un movimiento natural y fluido que moviliza las fascias, las mantiene elásticas y, por tanto, descarga también los huesos.
Al fortalecer la función de la red fascial, esta puede, entre otras cosas, estabilizar la columna vertebral, distribuir la presión de forma más uniforme y preservar la movilidad. Así no solo se reducen molestias, sino también el riesgo de lesiones en la osteoporosis. -
Estimulación de la circulación mediante mayor actividad física
Caminar y estar de pie sobre una superficie elástico-rebote incrementa suavemente la actividad física. Esto conduce a una mejor circulación en todo el sistema locomotor, incluida la musculatura, las articulaciones y los tejidos circundantes. Una buena circulación es especialmente importante en la osteoporosis, ya que favorece el suministro de oxígeno y nutrientes a los huesos y, al mismo tiempo, la eliminación de productos metabólicos.
Dado que los huesos con osteoporosis son más susceptibles a procesos de resorción y a fracturas, una microcirculación mejorada desempeña un papel decisivo para mantener la calidad ósea. También las fascias y la musculatura se benefician: se mantienen elásticas, se regeneran mejor y pueden así descargar y estabilizar adicionalmente el hueso.
En conjunto, la mejora de la circulación por el movimiento en una superficie elástico-rebote puede contribuir significativamente a mantener la función ósea y muscular en la osteoporosis y a mejorar la calidad de vida cotidiana.
Consejos de uso para la osteoporosis
Antes de usar los zapatos kybun por primera vez, conviene tener en cuenta algunos consejos de uso. La correcta aplicación puede ayudar a descargar los huesos y a aumentar la estabilidad en el día a día.
- Comenzar despacio: Inicie con periodos breves de uso y aumente gradualmente. Su cuerpo —especialmente la musculatura, los huesos y las articulaciones— necesita tiempo para adaptarse al suelo elástico-rebote. En caso de cansancio o molestias, haga pausas.
- Aprovechar la amortiguación suave: Presione conscientemente el talón en el material elástico-rebote al apoyar el pie. La amortiguación específica de los zapatos kybun reduce la carga de impacto y protege huesos, articulaciones, ligamentos y músculos.
- Practicar una rodadura calma: Ruede el pie de forma uniforme desde el talón, pasando por la parte media hasta el antepié. Evite movimientos bruscos o tensiones. Un movimiento armónico apoya el equilibrio y reduce el riesgo de cargas incorrectas.
- Fomentar la estabilidad: Empiece con pasos pequeños en lugar de largos —esto aumenta la seguridad y previene caídas, especialmente con osteoporosis. El material elástico-rebote puede parecer al principio inestable. Esta inestabilidad intencionada activa la musculatura, entrena el equilibrio y reduce a largo plazo el riesgo de caídas. Si la inestabilidad inicial es demasiado fuerte, recomendamos una suela con menor efecto de entrenamiento o ejercicios de marcha iniciales en terreno seguro.
- Mejorar la coordinación y la movilidad: Con el tiempo puede intentar rodar conscientemente sobre el antepié. Esto activa suavemente musculatura, fascias y articulaciones, favoreciendo a largo plazo la movilidad y la coordinación. Si existen limitaciones, reduzca la amplitud del movimiento de rodadura según convenga.

Para quienes son nuevos en kybun
Al usar los zapatos kybun, la marcha cambia de protectora a natural. En el 90% de los casos esto ocurre sin problemas.
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