Artrosis de rodilla
A continuación se describe la artrosis de rodilla (gonartrosis). Se explica la enfermedad mediante una definición y se abordan las causas de la artrosis de rodilla. Se presentan los posibles síntomas de la artrosis de rodilla. Además, se expone cómo puede tratarse la artrosis de rodilla mediante el modo de acción de kybun y con ejercicios de ejemplo.

Definition
¿Qué es la artrosis de rodilla?
La artrosis en la articulación de la rodilla (gonartrosis) es una enfermedad degenerativa de la articulación de la rodilla. La articulación de la rodilla conecta el fémur con la tibia y la rótula. En todas las superficies de contacto entre los huesos de la rodilla, estas zonas están recubiertas por una capa de cartílago. Un cartílago sano presenta una superficie de deslizamiento muy lisa que permite un movimiento de baja fricción en la articulación. En la artrosis de rodilla el cartílago está parcialmente dañado. El daño del cartílago se divide en cuatro estadios:
- Estadio/Grado I: Cartílago blando
- Estadio/Grado II: Superficie áspera con grietas
- Estadio/Grado III: Grietas profundas en el cartílago que llegan hasta el hueso
- Estadio/Grado IV: Desgaste completo del cartílago con hueso expuesto. También se denomina “hueso pelado”.

Articulación de la rodilla sana
- Fémur
- Cartílago
- Menisco lateral
- Peroné
- Menisco medial
- Tibia

Artrosis de rodilla
- Hueso expuesto
- Crecimientos óseos
- Cartílago dañado
- Menisco dañado
¿De dónde proceden los dolores en la artrosis de rodilla?
La intensidad y la frecuencia del dolor en la artrosis de rodilla (gonartrosis) varían mucho de una persona a otra. A menudo incluso la misma persona con artrosis de rodilla experimenta variaciones grandes en la intensidad y la frecuencia del dolor. Muchas personas creen erróneamente que únicamente el cartílago desgastado causa el dolor. La variabilidad del dolor de artrosis en la rodilla demuestra que no es solo el cartílago degenerado o el daño cartilaginoso lo que provoca el dolor. Si así fuera, el dolor sería relativamente constante durante un periodo y se notaría con cada movimiento de la articulación. Las personas con artrosis de rodilla a menudo informan que, en períodos muy cortos, pasan de estar totalmente libres de dolor a sufrir dolores intensos alrededor de la articulación de la rodilla. Esta variabilidad del dolor demuestra que no se debe basar exclusivamente en la salud y el grosor del cartílago la toma de decisiones sobre intervenciones. Por tanto, las radiografías y otros métodos de imagen no deberían tener una influencia decisiva para valorar la gravedad de la artrosis de rodilla ni en el tratamiento de la artrosis de la articulación de la rodilla. Como todas las estructuras del cuerpo, el cartílago también experimenta procesos continuos de degradación y regeneración. El objetivo en la vida diaria debe ser que los procesos de degradación no superen a los de construcción. En el transcurso de esta página se profundizará en esos procesos. La variabilidad de la intensidad y frecuencia del dolor depende, por una parte, de que las zonas afectadas por la artrosis en la rodilla pueden ser distintas. Se distingue entre las siguientes áreas:
- en el lado interior de la articulación de la rodilla (medial)
- en el lado exterior de la articulación de la rodilla (lateral)ajo la rótula (patelofemoral)
Por otra parte, las causas del dolor en una artrosis de rodilla son variadas, ya que en la artrosis de rodilla tienen lugar diferentes procesos internos. A continuación se explican los procesos más frecuentes:
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Desgaste del cartílago
El cartílago articular actúa como amortiguador entre los huesos de la articulación de la rodilla. Si el cartílago se desgasta gradualmente, puede aumentar la presión sobre el periostio óseo. El periostio está provisto de vasos sanguíneos y numerosas terminaciones nerviosas que responden a la presión con dolor. A diferencia del hueso, el periostio es muy sensible al dolor.
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Inflamación articular (sinovitis)
El desgaste del cartílago puede desencadenar procesos inflamatorios en la membrana sinovial. Esta inflamación conduce a una mayor producción de líquido articular y puede ocasionar hinchazón, calor local y dolor.
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Derrames articulares
La producción aumentada de líquido articular (derrame) en respuesta al desgaste del cartílago ejerce presión adicional sobre la articulación, lo que puede provocar dolor y sensación de tensión.
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Irritación de los tejidos circundantes
Los cambios en la articulación también irritan las estructuras adyacentes como ligamentos, tendones, músculos y fascias. Esta irritación puede generar dolor y aumentar la rigidez articular, especialmente después de periodos prolongados de reposo o al inicio del movimiento.
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Cambios óseos (osteofitos)
En la artrosis avanzada se forman excrecencias óseas en los bordes de la articulación, llamadas osteofitos. Estos crecimientos óseos en sí no son dolorosos, pero pueden presionar nervios o tejidos blandos, causando dolor adicional y limitación del movimiento.
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Microgrietas en el hueso (cambios subcondrales)
Con la pérdida progresiva de cartílago, el hueso subyacente (hueso subcondral) soporta más carga. Esto puede provocar pequeñas grietas, esclerosis ósea o las llamadas “quistes” que también pueden causar dolor.
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Tensiones miofasciales
El aparato locomotor percibe las cargas incorrectas y la sobrecarga de la articulación de la rodilla e intenta proteger la articulación y el cartílago con la contracción de músculos y fascias, limitando así el movimiento máximo de la rodilla. Esta tensión de las estructuras miofasciales puede producir dolor durante el movimiento, ya que se trabaja en contra de dichas tensiones.
Causas de la artrosis de rodilla
Las causas de la degradación del cartílago y del consiguiente dolor por artrosis en la rodilla están estrechamente relacionadas con el estilo de vida moderno y las condiciones ambientales cambiadas. En épocas pasadas, nuestros antepasados tenían que moverse de forma más integral y considerablemente más para conseguir alimento. La caza, la recolección de bayas o la agricultura son solo algunos ejemplos. A menudo estos desplazamientos se realizaban descalzos y sobre suelo natural. El terreno y el volumen del movimiento contribuyeron a que la musculatura del pie y de la pierna estuviera bien desarrollada y se sometiera a cargas naturales.
El estilo de vida ha cambiado mucho a lo largo de miles de años. La civilización moderna está frecuentemente marcada por la falta de movimiento y un estilo de vida sedentario. Cuando nos movemos, lo hacemos sobre suelos duros y planos como el hormigón o el asfalto y con calzado rígido y estabilizador. En consecuencia, la cantidad y la calidad de movimiento alteradas conducen a adaptaciones físicas. A continuación se describen los efectos de esto en el desarrollo de una artrosis de la articulación de la rodilla (gonartrosis).
Falta de actividad y estilo de vida sedentario
El estilo de vida moderno, caracterizado por la falta de actividad y el sedentarismo, provoca una sobrecarga inapropiada del aparato locomotor. La falta de movimiento y el estilo de vida sedentario conducen a adaptaciones corporales que pueden favorecer la degradación del cartílago de la articulación de la rodilla. Los siguientes cambios contribuyen de forma significativa al desarrollo de la artrosis de rodilla:
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Debilidad muscular
La falta de actividad y el estilo de vida sedentario provocan la atrofia de la musculatura esencial. Los músculos del pie y de la pierna desempeñan un papel decisivo en la salud del cartílago de la rodilla. Una musculatura funcional del pie sostiene el arco longitudinal del pie, que actúa como primera instancia para reducir la fuerza que se transmite al rodilla y, por tanto, para proteger el cartílago. Además, la musculatura del pie y de la pierna permite un rodamiento natural del pie y evita que, tras el apoyo del talón, el pie se desplome de forma incontrolada. Cuando el pie se desploma de forma incontrolada, la rodilla recibe un impacto en cada paso en lugar de guiarse fisiológicamente. Esta carga incorrecta y excesiva conduce a una sobrecarga del cartílago de la rodilla. Los músculos del muslo y de la pantorrilla estabilizan la rodilla y la mantienen en la posición adecuada. Una musculatura activa y tensa alrededor de la articulación de la rodilla protege además el cartílago frente a las fuerzas que actúan en cada movimiento. La importancia de la musculatura funcional de los pies y las piernas es, por tanto, esencial para la salud del cartílago articular.
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Malformaciones del pie
La musculatura debilitada puede dar lugar a malformaciones del pie. Los músculos responsables ya no pueden sostener el arco longitudinal, lo que puede provocar un pie plano o un hundimiento. Al colapsar el arco longitudinal, el pie pierde su función amortiguadora al caminar y estar de pie. La fuerza que actúa se transmite en cada paso desde el pie directamente hacia las rodillas y su cartílago. La mayor carga puede dañar el cartílago con el tiempo y provocar artrosis de rodilla y dolor. Además, una deformidad como el pie valgo o varo (pronación o supinación) puede desplazar el eje de la rodilla hacia dentro o hacia fuera, aumentando la carga del cartílago en el lado correspondiente. Una carga unilateral persistente puede provocar el desgaste del cartílago en la articulación de la rodilla.
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Suministro limitado de nutrientes al cartílago
El cartílago de la rodilla no está irrigado directamente por vasos sanguíneos, sino que obtiene sus nutrientes a través del líquido sinovial, que se bombea a la articulación mediante el movimiento. La falta de actividad altera este proceso, lo que conduce a un suministro insuficiente de nutrientes y oxígeno al cartílago. Esto reduce la elasticidad y la resistencia del cartílago, aumenta la fricción y el desgaste y, a largo plazo, puede favorecer la aparición de artrosis de rodilla.
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Disfunción fascial
Las fascias pueden alterar su estructura original y volverse frágiles si se cargan de forma irregular y no fisiológica. Así, la red fascial pierde su elasticidad y conduce a tensiones aumentadas alrededor de la articulación de la rodilla. La mayor tensión aproxima el fémur y la tibia y acerca la rótula a la articulación de la rodilla. Esta presión adicional de huesos más próximos desgasta en exceso la capa de cartílago. Además, la estructura fascial alterada puede limitar la movilidad de las articulaciones, lo que las vuelve rígidas. Más información en la siguiente sección.
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Rigidez articular
La falta de actividad y el sedentarismo impiden que las articulaciones se muevan en su rango máximo posible. Como consecuencia, aparece una rigidez natural de las articulaciones. Las articulaciones inmóviles, especialmente en y alrededor del pie, impiden un rodamiento natural y aumentan así la fuerza que actúa sobre la articulación de la rodilla. Además, la propia articulación de la rodilla puede volverse rígida, aumentando la presión dentro y alrededor de la rodilla. El cartílago se somete a cargas incorrectas y excesivas y puede derivar en artrosis de la rodilla.
Suelos duros y planos y calzado rígido estabilizador
Los suelos duros y planos y el calzado rígido y estabilizador tienen un impacto considerable en las rodillas y pueden causar o agravar la artrosis de rodilla. Los siguientes factores contribuyen de manera significativa a su desarrollo.
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Reducción del efecto amortiguador y aumento de la fuerza aplicada
Al caminar sobre suelos duros y planos y con calzado rígido y estabilizador, especialmente en el apoyo del talón, actúan fuerzas mayores sobre el aparato locomotor. Debido a la rigidez de los suelos industriales y de las suelas convencionales, las fuerzas no pueden absorberse, lo que conduce a una carga mayor sobre el cuerpo. Esta mayor fuerza llega primero a los pies y se transmite luego a las rodillas. Cuanto peor absorban los pies las fuerzas, mayor será la carga sobre la siguiente articulación, la rodilla. El cartílago de la articulación de la rodilla se ve afectado con mayor intensidad en cada paso.
Además, por la mayor y prematura fuerza de impacto se reduce el tiempo de reacción de la musculatura responsable. Si los músculos no pueden contraerse a tiempo, la articulación correspondiente queda insuficientemente estabilizada, lo que también provoca una carga incorrecta y excesiva. La insuficiente activación muscular de los pies resulta en el desplome incontrolado del mediopié tras el apoyo del talón. Se produce el llamado “pie colapsado” (klappfuss) que genera un impacto adicional sobre la articulación de la rodilla y daña aún más el cartílago. También los músculos estabilizadores de la rodilla en la parte inferior y superior de la pierna no pueden reaccionar suficientemente rápido ante el impacto temprano y aumentado. La reducción de la tensión muscular conduce a una articulación de la rodilla inestable, aumentando la carga sobre el cartílago y, por tanto, favoreciendo la aparición de artrosis de rodilla a largo plazo.
- Carga máxima en el tiempo 1 en el apoyo del talón con calzado convencional
- Carga máxima en el tiempo 2 en el apoyo del talón con calzado kybun
- Fuerza en Newton
- Tiempo en segundos
- Caminar sobre suelo plano y duro con calzado kybun
- Caminar sobre suelo plano y duro con otros zapatos
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Función del pie limitada y debilidad muscular
La articulación de la rodilla forma parte de un sistema complejo que coordina el movimiento desde el pie, pasando por la pierna hasta la cadera. Los patrones de movimiento flexibles y naturales son decisivos para distribuir la carga de forma homogénea y minimizar la presión sobre la rodilla. El calzado rígido y estabilizador puede afectar considerablemente este patrón de movimiento natural. Estos zapatos estabilizan artificialmente el pie y limitan la movilidad de las articulaciones del pie. Como resultado, ciertos músculos y tendones que contribuyen a la estabilización de la pierna se activan menos. Esto puede llevar a que las rodillas soporten una carga mayor. La sobrecarga a largo plazo favorece la degradación del tejido cartilaginoso y conduce a la artrosis de rodilla.
Estudios muestran que el calzado rígido y estabilizador suele asociarse a una actividad muscular reducida en los músculos de la pantorrilla y del muslo. Sin embargo, estos músculos desempeñan un papel crucial en el alivio de la carga sobre la articulación de la rodilla. Una debilidad en estos grupos musculares aumenta el riesgo de una carga incorrecta sobre la rodilla, lo que acelera el desgaste del cartílago. -
Secuencia de movimiento no natural
Los movimientos naturales están diseñados para reaccionar dinámicamente a cambios de superficie. Los suelos duros y planos y los zapatos rígidos y estabilizadores dificultan claramente una secuencia de movimiento fisiológica. Por una parte, la falta de activación muscular en el apoyo del talón provoca que el pie se desplome incontroladamente hacia abajo. El pie colapsado y sus consecuencias para la articulación de la rodilla se describieron en la sección anterior. Por otra parte, la dureza e inflexibilidad de los suelos industriales y la rigidez de las suelas convencionales impiden un rodamiento natural del pie. Al faltar el rodamiento, la articulación de la rodilla no se mueve en su rango máximo, sino que se carga repetidamente en la misma zona en cada paso. Esto provoca que algunas estructuras se sobrecarguen y otras queden infrautilizadas. En el cartílago articular, las zonas sobrecargadas se desgastan excesivamente y aceleran la artrosis de la rodilla. Las zonas de cartílago que no se usan pueden volverse frágiles y perder elasticidad y capacidad amortiguadora. Además, el calzado rígido reduce la retroalimentación sensorial del pie, disminuyendo el intercambio de información y, por tanto, la capacidad de adaptación. Esto resulta en una carga monótona que es especialmente dañina para la articulación de la rodilla. La falta de variación y la presión constante en partes concretas de la rodilla pueden provocar microtraumatismos en la articulación que, con el tiempo, evolucionen hacia una artrosis de rodilla.
Síntomas de la artrosis de rodilla
Es importante mencionar que las siguientes listas recogen los síntomas más frecuentes de la artrosis de rodilla (gonartrosis). La lista de síntomas no es exhaustiva ni definitiva. También es posible presentar síntomas atípicos que aquí no se detallan. Los síntomas de la artrosis de rodilla dependen con frecuencia de varios factores como la percepción del dolor, la causa de la lesión, el grado de afectación, la constitución física, etc. Para obtener un diagnóstico claro, debe consultarse a un médico.
- Dolor en la articulación de la rodilla, inicialmente dependiente de la carga (p. ej., al caminar, subir escaleras) y más tarde también en reposo o por la noche.
- Rigidez articular, especialmente pronunciada tras periodos prolongados de descanso (p. ej., por la mañana, el llamado “dolor de inicio”).
- Movilidad reducida con dificultades para flexionar o extender la rodilla. Limitaciones en movimientos cotidianos, p. ej., agacharse o arrodillarse.
- Hinchazón e inflamación en la articulación de la rodilla. Una inflamación puede ir acompañada de calor local en la rodilla.
- En caso de desgaste severo del cartílago, el roce de los huesos puede producir ruidos crepitantes o chasquidos.
- Sensación de inestabilidad en la rodilla
- Falta de estabilidad durante la carga.
- Debilidad muscular en la musculatura del muslo que estabiliza la rodilla.
- Malalineaciones de la rodilla con desarrollo de piernas en X o en O por carga desigual.
- Dolor de rodilla dependiente del tiempo atmosférico en la artrosis. El dolor y la rigidez pueden intensificarse con tiempo húmedo o frío.
- Percepción dolorosa variable: desde ausencia de dolor hasta dolores intensos. En la misma persona el dolor puede variar a lo largo del día. Esto es un fuerte indicio de que no es el cartílago degenerado el causante exclusivo del dolor, sino las estructuras miofasciales. Motivo: el daño cartilaginoso es constante, mientras que las tensiones y bloqueos no lo son.
Terapia convencional - Qué ayuda en la artrosis de rodilla
Para tratar el dolor de la artrosis de rodilla existen diversos enfoques. A continuación se muestran algunas terapias para la artrosis de rodilla. La lista no es exhaustiva. También se pueden combinar varias medidas para tratar la artrosis de rodilla. Se recomienda la consulta médica para determinar la terapia adecuada en la artrosis de la articulación de la rodilla.
- Fisioterapia: Con ejercicios y técnicas específicas para la artrosis de rodilla se busca mejorar la movilidad, fortalecer la musculatura y aliviar la articulación.
- Terapia de movimiento: Entrenamiento suave (p. ej., natación, ciclismo o yoga) que promueve la movilidad y la musculatura sin sobrecargarlas. Además mejora la circulación, lo que es beneficioso en el tratamiento de la artrosis de rodilla.
- Pérdida de peso: Alivio de las rodillas mediante la reducción del peso corporal, lo que disminuye la presión en las articulaciones, reduce el dolor y ralentiza el desgaste del cartílago.
- Ayudas ortopédicas: Bandajes u ortesis para apoyar y estabilizar la articulación de la rodilla. Plantillas para corregir malalineaciones y aliviar áreas concretas de la articulación.
- Cambio en la alimentación: Una dieta antiinflamatoria para reducir inflamaciones sistémicas en torno a la articulación de la rodilla como medida adecuada para el tratamiento de la artrosis de rodilla.
- Acupuntura: Alivio del dolor mediante la estimulación de puntos concretos.
- Aplicaciones de calor o frío: El calor relaja las estructuras tensas; el frío reduce la inflamación. La temperatura adecuada debe probarse en el tratamiento de la artrosis de rodilla.
- Terapia con campos magnéticos o electroterapia: Favorecen la circulación y alivian el dolor.
- Terapia farmacológica: Analgésicos y antiinflamatorios. Medicamentos que promueven la regeneración del cartílago en caso de daño cartilaginoso.
- Inyecciones articulares: Ácido hialurónico para mejorar la lubricación articular y aliviar el dolor. Cortisona para reducir la inflamación en brotes agudos y aliviar el dolor en artrosis de rodilla.
- Terapia con sangre autóloga: Este método utiliza las propiedades curativas de la propia sangre para regenerar el cartílago articular y aliviar el dolor de la artrosis de rodilla.
- Cirugía en la artrosis de la articulación de la rodilla: Artroscopia con limpieza mínimamente invasiva de la articulación, por ejemplo, eliminación de restos de cartílago. Osteotomía para corregir malalineaciones mediante cortes óseos. Prótesis de rodilla (parcial o total) para sustituir la articulación en artrosis muy avanzada.
Modo de acción de kybun - Qué ayuda en la artrosis de rodilla
Los productos kybun buscan eliminar las consecuencias dañinas para la salud de los suelos duros y planos y del calzado rígido y estabilizador, así como contrarrestar activamente la falta de movimiento y el estilo de vida sedentario. Gracias a la propiedad elástico-resorte de los productos kybun, el aparato locomotor se alivia por un lado y se activa por otro. El alivio hace que, en una primera fase, se reduzca la carga sobre el cartílago de la articulación de la rodilla. La activación aborda las causas de la artrosis de rodilla para que las molestias de las rodillas debidas a la artrosis sean cosa del pasado a largo plazo. Por tanto, los zapatos kybun son adecuados para la artrosis de rodilla, ya que ayudan en el tratamiento de la artrosis de la articulación de la rodilla mediante los siguientes mecanismos:
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Activación muscular y estabilización de la articulación de la rodilla
Al caminar con los zapatos kybun, los talones pueden hundirse profundamente en el material elástico-resorte gracias a la capacidad de compresión de las suelas. Este hundimiento hace que la carga aumente de forma lenta y controlada, dando al cuerpo más tiempo para activar la musculatura relevante. Con la musculatura de la pierna contraída, la articulación de la rodilla se estabiliza y su cartílago se somete a una carga natural. Al caminar sobre suelos duros y planos y con calzado rígido y estabilizador, la carga llega sin amortiguación a los pies. Debido al aumento de la fuerza y al tiempo de reacción reducido, la musculatura responsable no puede contraerse a tiempo. La falta de activación muscular resulta en una estabilización insuficiente de la rodilla y, por tanto, en una carga incorrecta y excesiva del cartílago.
- Zapatos convencionales (izquierda): Reacción tardía e incontrolada de la musculatura impide la estabilización de la rodilla.
- Zapatos kybun (derecha): Musculatura tensada conduce a la estabilización de la rodilla.
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Reducción de la fuerza de impacto de suelos duros y planos mediante efecto amortiguador
En el apoyo del talón con los zapatos kybun, el material elástico-resorte se comprime. Gracias a la capacidad de compresión de la suela kybun, el retropié puede hundirse profundamente en el material elástico-resorte. Este hundimiento lento y controlado reduce la fuerza y, por tanto, la carga sobre la articulación de la rodilla y su cartílago. De manera similar a un airbag en un coche, la suela kybun ayuda a minimizar el impacto mediante su efecto amortiguador.
- Fuerza aplicada 1 en el apoyo del talón con zapatos convencionales
- Fuerza aplicada 2 en el apoyo del talón con zapatos kybun
- Fuerza en Newton
- Tiempo en segundos
- Caminar sobre suelo plano y duro con calzado kybun
- Caminar sobre suelo plano y duro con otros zapatos
Además, al hundirse lentamente el talón en el material elástico-resorte, el cuerpo tiene más tiempo para activar los grupos musculares relevantes. Gracias a una tensión muscular de base mejorada, las articulaciones individuales pueden estabilizarse y así reducir la fuerza aplicada sobre la columna vertebral y las estructuras circundantes.
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Activación y fortalecimiento muscular por la propiedad elástico-resorte
Al caminar y estar de pie sobre la superficie elástico-resorte kybun, el cuerpo realiza constantemente pequeños movimientos compensatorios para mantener el equilibrio. La inestabilidad controlada de los productos kybun exige al sistema del equilibrio y activa la musculatura profunda estabilizadora, responsable de la estabilidad y la postura. Esto hace que la articulación de la rodilla esté mejor estabilizada por la musculatura circundante y, por tanto, más protegida. Al mismo tiempo se mejoran las capacidades coordinativas, ya que se optimiza la interacción entre el sistema nervioso y la musculatura. Esto mejora la percepción corporal y la precisión de cada movimiento.
Equilibrio y EMG
La capacidad de equilibrio se midió con una plataforma de fuerza registrando el movimiento del centro de gravedad corporal de adelante hacia atrás (ant-post) y lateralmente (med-lat) durante la bipedestación. Paralelamente, una electromiografía (EMG) registró la actividad muscular.

Con zapatos convencionales
- Actividad muscular reducida
- Amplitud de movimiento del centro de gravedad reducida

Con zapatos kybun
- Actividad muscular aumentada
- Amplitud de movimiento del centro de gravedad aumentada
Mediante la activación y el fortalecimiento de la musculatura del pie se pueden contrarrestar malformaciones como pies planos, pies cavos o pie valgo/rizado que a menudo surgen por déficits musculares. Como un arco longitudinal íntegro reduce las fuerzas en el apoyo del talón, también se alivian las vértebras individuales y los tejidos blandos. Al evitar que el pie gire hacia dentro o hacia fuera, el eje de la pierna permanece en su posición fisiológica y, por tanto, la espalda y las estructuras adyacentes se protegen de sobrecargas y cargas incorrectas adicionales. Al hundirse lenta y controladamente el talón en el material elástico-resorte se genera una precarga miofascial en los músculos implicados. Gracias a esta precarga y a la mejor actividad muscular, la columna vertebral puede estabilizarse y guiarse tempranamente, reduciendo así la fuerza aplicada a la espalda y a los tejidos blandos circundantes.
- Rodamiento natural del pie y aumento del rango de movimiento gracias al efecto rebote
Gracias a los zapatos kybun elástico-resorte con efecto rebote y a la precarga muscular asociada, así como a la reducción de la aceleración, el pie puede apoyarse de forma controlada en el apoyo del talón. Esto evita el pie colapsado que daña el cartílago al impactar la articulación de la rodilla en cada paso. Además, al rodar activamente sobre el material elástico-resorte kybun se utiliza todo el rango de movimiento del pie. El movimiento comienza con el contacto del talón con el suelo y termina con el impulso de los dedos. Al utilizar todo el rango de movimiento del pie, también se genera automáticamente más movimiento en las articulaciones de la rodilla. De este modo la rodilla no se mueve siempre dentro del mismo rango que favorece el desgaste del cartílago, sino que se usa en todo su rango de movimiento. Como consecuencia se reduce la intensidad de la carga puntual. Además, varios estudios han demostrado que la carga natural y fisiológica puede favorecer la reconstrucción del cartílago. Al utilizar el rango completo de movimiento, la articulación de la rodilla se mantiene móvil y se protege frente a tensiones y bloqueos. Este movimiento adicional con una marcha natural y fisiológica puede, por una parte, activar y fortalecer la musculatura y, por otra, mejorar la circulación, lo que también tiene un efecto positivo sobre la artrosis de la rodilla.
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Incremento de la circulación gracias a una mayor actividad motora
La articulación de la rodilla también necesita numerosos nutrientes para mantener, conservar y regenerar el cartílago. Estos nutrientes se transportan a los tejidos mediante la sangre y el líquido articular. Además, a través de la sangre llegan sustancias antiinflamatorias a la articulación de la rodilla, mientras que las sustancias nocivas y proinflamatorias se eliminan. Este intercambio constante de fluidos nutre el cartílago y lo mantiene elástico y resistente. Los materiales elástico-resorte kybun fomentan el movimiento y activan así la musculatura alrededor de la rodilla. De esta manera aumenta la circulación, lo que a su vez favorece las ventajas mencionadas anteriormente.
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Promoción del movimiento y reducción del sedentarismo
Los productos elástico-resorte kybun incentivan el gusto por el movimiento, ya que caminar y estar de pie sobre el material único alivia las articulaciones de la rodilla. El movimiento activa y fortalece la musculatura y mejora la circulación. Las ventajas de estos dos procesos se describieron en las secciones previas. Dado que el uso de los productos kybun también puede reducir la duración del tiempo de sedestación, se evitan acortamientos y bloqueos nocivos de las estructuras miofasciales. Pasear y estar de pie con más frecuencia estira y alarga los músculos flexores de la cadera a menudo acortados, así como la cadena posterior formada por pantorrilla y muslo, lo que influye positivamente en la alineación de la rodilla y en la presión sobre el cartílago de la articulación de la rodilla.
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Cuidado y protección de las fascias
Las fascias estabilizan la articulación de la rodilla y distribuyen la carga en cada paso de forma homogénea, lo que protege frente al desgaste del cartílago. Las fascias sanas y funcionales son elásticas y libres de adherencias y tensiones. Las fascias elásticas promueven la movilidad de la rodilla y favorecen una buena circulación, importante para el aporte de nutrientes y la regeneración del cartílago. Gracias a los zapatos kybun se posibilita una secuencia de movimiento natural que ayuda a mantener las fascias elásticas.
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Distribución optimizada de la presión
Al caminar y estar de pie con los zapatos kybun, toda la planta del pie queda rodeada por el material elástico-resorte. Esto conduce a una distribución optimizada de la presión en los pies. Como resultado se puede reducir la presión puntual sobre las rodillas y su cartílago. Además, la constante ligera movilidad sobre los productos kybun aumenta la superficie de carga, lo que también reduce los puntos de presión puntuales. De este modo el cartílago puede protegerse de lesiones y desgaste.

con kybun

sin kybun
Consejos de uso para artrosis de rodilla
Antes de usar los zapatos kybun por primera vez, debe tener en cuenta algunos consejos de uso. La aplicación correcta puede ayudar a aliviar el dolor de la artrosis de rodilla. El tratamiento de la artrosis de la articulación de la rodilla se complementa además con una terapia específica para artrosis de rodilla que se explica en la siguiente sección.
- Use los zapatos kybun al inicio solo durante el tiempo que su cuerpo tolere. Introduzca pausas de uso si las molestias de la rodilla aumentan o aparece fatiga del aparato locomotor. El tratamiento de la artrosis de rodilla requiere tiempo. Debido a la propiedad activadora de los productos kybun, la musculatura se entrena, lo que al principio puede provocar reacciones iniciales.
- Presione su talón lenta y controladamente en el material elástico-resorte para aliviar la articulación de la rodilla. Intente encontrar un punto de carga en el que el dolor en la articulación de la rodilla se reduzca o no aparezca. Al principio evite rodar excesivamente sobre los talones.
- Realice pasos pequeños y controlados al inicio, reduciendo el rodamiento por la parte anterior del pie para generar menos movimiento en la articulación de la rodilla. Aumente el rango de movimiento del pie con el tiempo si es posible.
- Intente realizar los siguientes ejercicios para potenciar la eficacia de los zapatos kybun y aumentar la probabilidad de recuperación.

Para principiantes de kybun
Al usar los zapatos kybun la marcha cambia de "suave" a "natural". En el 90% de los casos esto ocurre sin problemas.
Más información
¿Qué hacer en caso de artrosis de rodilla? Ejercicios útiles
Para potenciar la eficacia de los zapatos kybun y aumentar la probabilidad de recuperación del dolor de rodilla, recomendamos realizar los siguientes ejercicios para la artrosis de la articulación de la rodilla. La selección de ejercicios no es exhaustiva y puede complementarse con otros ejercicios. En general, durante todos los ejercicios el dolor en la articulación de la rodilla no debe aumentar. Si alguno de los ejercicios incrementa el dolor de la artrosis en la rodilla, debe interrumpirse. Son deseables sensaciones de alivio y descontracturación fuera del punto doloroso en la rodilla (p. ej., en el muslo).
Los ejercicios se dividen en las siguientes áreas: «Caminar correctamente con los zapatos kybun», «Entrenamiento de longitud muscular», «Rodillo de fascia» y «Fortalecimiento». Idealmente, las distintas áreas se utilizarán de forma complementaria como terapia para la artrosis de rodilla.
Caminar correctamente con los zapatos kybun
La calidad de cada paso es decisiva en el tratamiento de la artrosis de la articulación de la rodilla para reducir las molestias y eliminar las cargas incorrectas y excesivas. Los zapatos kybun ofrecen una terapia ideal para la artrosis de la articulación de la rodilla.
Apoyo controlado del talón

- Presione el talón con precaución y de forma controlada en el material elástico-resorte para determinar la intensidad y el punto de carga sin que aparezca dolor en la articulación de la rodilla.
- Mantenga una postura del pie controlada para evitar que el pie se incline hacia dentro o fuera. Así la articulación de la rodilla se mantiene en posición recta.
- Apoye el mediopié y el antepié lenta y controladamente para evitar que la rodilla reciba impactos.
- Los ejercicios lentos ayudan a reconstruir la musculatura estabilizadora alrededor de la articulación de la rodilla.
Rodamiento controlado

- Rodamiento leve sobre el antepié, sin impulsarse activamente con mucha fuerza con los dedos gordos. Cuanto más intenso sea el rodamiento, mayor será el rango de movimiento en la articulación de la rodilla. En una rodilla tensa o bloqueada, aumentar el rango de movimiento puede incrementar el dolor. En ese caso deben solucionarse primero las tensiones y los bloqueos.
- Explorar el rango de movimiento posible del pie sin que aparezca dolor. Aumentar el rango de movimiento gradualmente si es posible.
Entrenamiento de longitud muscular
El entrenamiento de la longitud muscular es crucial en el tratamiento de la artrosis de rodilla, ya que las molestias suelen derivarse de acortamientos, tensiones y bloqueos de las estructuras miofasciales. Mediante estiramientos específicos se pueden abordar activamente estos acortamientos, tensiones y bloqueos, constituyendo una terapia ideal para la artrosis de la rodilla.
Músculos anteriores del muslo

- Desde la posición de pie, con la mano izquierda sujete el dorso del pie izquierdo. Para controlar el equilibrio, puede sujetarse con la mano derecha a un objeto estable.
- El muslo izquierdo debe estar paralelo a la pierna de apoyo.
- Espalda recta.
- Inclinar ligeramente la pelvis hacia adelante para intensificar el estiramiento en el muslo.
- Tirar del talón hacia el glúteo para que la rodilla apunte hacia abajo. Cuanto más cerca esté el talón del glúteo, mayor será el estiramiento.
- Realizar 1–2 veces al día.
- Mantener el ejercicio 3 x 30 segundos.
Músculos de la pantorrilla y posteriores del muslo

- Posición inicial a cuatro patas.
- Elevar las caderas hacia arriba como si llevara el glúteo al techo.
- Si es posible, empujar los talones hacia el suelo para intensificar el estiramiento.
- Mantener 3 x 30 segundos.
- Realizar 1–2 veces al día.
Rodillo de fascia
El entrenamiento fascial con el rodillo es importante en el tratamiento de la artrosis de rodilla, ya que esta a menudo se produce por acortamientos, tensiones y bloqueos de las cadenas miofasciales. Con un rodillo regular para desenrollar las cadenas miofasciales acortadas y tensas, el rodillo fascial es una terapia activa adecuada para la artrosis de la articulación de la rodilla.
Músculos anteriores del muslo

- Posición inicial en decúbito prono.
- Colocar el rodillo grande bajo el muslo de la pierna estirada. Apoyar la otra pierna flexionada para controlar el movimiento.
- Rodar activamente el cuádriceps desde la cadera hasta la zona por encima de la articulación de la rodilla.
- Realizar los ejercicios de forma lenta y controlada. Ajustar la presión según la tolerancia personal, pero hasta el umbral de dolor tolerable.
- Rodar más intensamente los puntos de adherencia o mantener la posición sobre ellos.
- 3 minutos por lado.
- Realizar 1–2 veces al día.
Músculos laterales del muslo

- Posición inicial en decúbito lateral.
- Colocar el rodillo grande entre la parte externa del muslo y el suelo.
- Apoyar la pierna superior en ángulo recto para estabilizar y guiar el movimiento.
- Rodar activamente el músculo lateral del muslo desde la cadera hasta la zona por encima de la articulación de la rodilla.
- Realizar los ejercicios de forma lenta y controlada.
- Ajustar la presión según la tolerancia personal, pero hasta el umbral de dolor tolerable.
- Rodar más intensamente los puntos de adherencia o mantener la posición sobre ellos.
- Al enderezar la pierna superior, se intensifica el ejercicio.
- 3 minutos por lado.
- Realizar 1–2 veces al día.
Fortalecimiento
Un entrenamiento de fuerza específico ayuda a fortalecer la musculatura de las piernas y así aliviar las articulaciones de la rodilla y su cartílago. La musculatura fortalecida puede absorber mejor las fuerzas que actúan sobre las rodillas en cada movimiento. Además, la musculatura estabiliza las articulaciones de la rodilla y las protege de cargas incorrectas y excesivas. Los ejercicios de fortalecimiento son una terapia efectiva para la artrosis de la articulación de la rodilla y contribuyen a aliviar el dolor a largo plazo.
Sentadillas

- Posición inicial: de pie, con los pies un poco más anchos que la anchura de las caderas y ligeramente rotados hacia afuera.
- Bajar lenta y controladamente hasta una sentadilla profunda. Empujar las caderas hacia atrás y desplazar el peso hacia los talones.
- Asegurarse de que la fuerza provenga de los glúteos. Mantener las rodillas estables para que no se desplacen hacia dentro ni hacia fuera.
- Volver a subir lenta y controladamente. Si hay problemas de equilibrio, puede sujetarse con las manos a un objeto estable.
- 3 series de 8–12 repeticiones.
- Realizar 2–3 veces por semana.
Elevación de pierna en decúbito lateral
- Posición inicial: decúbito lateral.
- Los pies, las rodillas, la cadera y la cabeza deben formar una línea recta. Puede colocarse un soporte bajo la cabeza.
- Elevar activamente la pierna superior y luego bajarla activamente de forma controlada.
- En el punto más bajo no apoye completamente la pierna, sino vuelva a elevarla para mantener la musculatura activa. Si no es posible, puede apoyar brevemente la pierna.
- Mantener un tronco estable y realizar los movimientos lenta y controladamente. El torso no debe moverse.
- Para aumentar la dificultad, colocar una banda de resistencia alrededor de las rodillas. La banda debe colocarse justo por encima de la articulación de la rodilla.
- 3 series de 8–12 repeticiones.
- Realizar 2–3 veces por semana.



Ejercicios especiales
Para información sobre ejercicios especiales con el zapato kybun y los ejercicios básicos en la esterilla kybun.
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