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Deslizamiento de disco

A continuación se describen las hernias discales. Se explica la enfermedad por definición y se comentan las causas de la hernia discal. Se describen los posibles síntomas de una hernia discal. Además, el modo de acción de kybun y ejercicios de muestra se utilizan para explicar cómo se puede tratar una hernia discal.

 
 
 
 
 
Bandscheibenvorfall

Definición de

¿Qué es una hernia discal?

Una hernia discal o prolapso discal (médicamente: prolapso discal) es una enfermedad de la columna vertebral en la que el interior blando y gelatinoso de un disco intervertebral (núcleo gelatinoso) sobresale a través de su anillo fibroso exterior. Los discos intervertebrales se sitúan entre las vértebras y actúan como una especie de amortiguador para amortiguar golpes y tensiones. Si uno o varios de estos discos intervertebrales están sobrecargados, desgastados o dañados por la edad, puede producirse un desgarro en el anillo fibroso. Como resultado, el llamado núcleo gelatinoso se escapa y puede presionar los nervios circundantes o la médula espinal.

Disco intervertebral sano

Wirbelsäule Bandscheibe
  1. Médula espinal
  2. Nervio raquídeo
  3. Anillo de fibra
  4. Núcleo gelatinoso

Disco abultado - protrusión

Bandscheibenprotrusion

Hernia discal - prolapso

Bandscheibenvorfall erkennen

el 90% de las hernias discales se producen en la columna lumbar (LS), siendo L5 / S1 o L4 / L5 las afectadas a menudo por una hernia discal. Si la hernia discal en la columna lumbar presiona el nervio ciático, puede provocar un dolor intenso que se irradia desde la parte baja de la espalda hasta la pierna, pasando por las nalgas. La columna cervical se ve afectada en aproximadamente una de cada diez personas, lo que se conoce como prolapso discal cervical o hernia discal cervical. Los síntomas suelen irradiarse a un brazo y pueden ir acompañados de alteraciones sensoriales como entumecimiento, hormigueo o incluso signos de parálisis. La hernia discal en la columna torácica (columna torácica) se produce con mucha menos frecuencia. En estos casos, el dolor suele manifestarse como una molestia en forma de anillo en la región torácica. Alteraciones sensoriales como hormigueo o entumecimiento en la zona torácica o abdominal, limitación de movimientos o dolor dependiente de la respiración son síntomas típicos de una hernia discal en la columna torácica.

En el caso de una protrusión discal, el disco sobresale hacia fuera y puede presionar dolorosamente la médula espinal o una raíz nerviosa. La causa suele ser una capa externa del disco intervertebral debilitada e inestable. Sin embargo, a diferencia de una verdadera hernia discal, el núcleo gelatinoso interno permanece completamente dentro del anillo fibroso, que sigue intacto. Por ello, también se denomina hernia discal "incompleta" o posible precursora de ésta.

Causa de la hernia discal

La hernia discal es uno de los tipos más comunes de dolor de espalda. Las causas de la hernia discal están estrechamente relacionadas con los cambios en las condiciones ambientales, que se remontan al sedentarismo generalizado y a la falta de movimiento en la vida cotidiana. Estos factores interactúan a varios niveles y repercuten negativamente en la salud de los discos intervertebrales.
El entorno laboral y vital actual es fundamentalmente distinto del de las generaciones anteriores y de nuestros antepasados, que eran cazadores-recolectores. Los avances tecnológicos han reducido enormemente el trabajo físicamente agotador, pero también han restringido la variedad natural de movimientos. El uso de ordenadores, teléfonos inteligentes y la automatización hace que muchas actividades se realicen en posiciones estáticas y a menudo poco fisiológicas. La mayoría de las personas pasan gran parte del día sentadas, ya sea en la oficina, de camino al trabajo o en su tiempo libre. Esta postura estática prolongada provoca una carga incorrecta de los discos intervertebrales. Además, los suelos duros y planos y el uso de zapatos con suelas rígidas también han modificado el patrón de marcha y la tensión del sistema musculoesquelético, lo que también repercute negativamente en los discos intervertebrales.
Además del cambio de las condiciones ambientales, otros factores de riesgo que favorecen la hernia discal son la predisposición genética, la obesidad, las malas posturas y la desalineación de la columna vertebral, así como el tabaquismo y el consumo de alcohol. No obstante, a continuación se describen los efectos de los cambios en el estilo de vida sobre el desarrollo de hernias discales.

Falta de ejercicio y sedentarismo

El modo de vida moderno, caracterizado por la falta de ejercicio y un estilo de vida sedentario, ejerce una presión incorrecta sobre el sistema musculoesquelético. La falta de ejercicio y el sedentarismo provocan adaptaciones físicas que pueden causar una hernia discal. Los siguientes cambios desempeñan un papel importante en el desarrollo de una hernia discal.

Bewegungsmangel und sitzender Lebensstil

  • Músculos debilitados y desequilibrios musculares

    El ejercicio regular es esencial para fortalecer los músculos centrales y de la espalda y estabilizar así la columna vertebral. Sin embargo, la falta de ejercicio debilita los músculos. Una musculatura debilitada puede aumentar considerablemente el riesgo de sufrir una hernia discal. Los músculos profundos del tronco -especialmente los de la espalda y los abdominales- desempeñan un papel fundamental en la estabilización de la columna vertebral. Si estos músculos se debilitan, la columna pierde estabilidad y las cargas ya no se distribuyen uniformemente. Esto aumenta la presión sobre los discos intervertebrales, especialmente durante los movimientos cotidianos como levantar peso, agacharse o girar.
    Los desequilibrios musculares -es decir, los desequilibrios entre diferentes grupos musculares- agravan aún más este efecto. Por ejemplo, si los extensores de la espalda están hiperactivos pero los músculos abdominales son demasiado débiles, se produce una mala postura y una sobrecarga de determinadas zonas de la columna vertebral. Esto conduce a un comportamiento de movimiento no fisiológico y puede sobrecargar mucho los discos intervertebrales a largo plazo.

  • Mala postura y sobrecarga de la columna vertebral

    Estar sentado durante largos periodos de tiempo, especialmente en posición inclinada hacia delante o con la espalda redondeada, supone una tensión unilateral constante sobre la columna lumbar. Esta posición hace que aumente considerablemente la presión sobre los discos intervertebrales de la espalda. A largo plazo, el disco intervertebral pierde elasticidad debido a la compresión constante y se vuelve menos resistente. El núcleo gelatinoso interior puede desplazarse hacia atrás a través del anillo fibroso, exactamente por donde discurren las raíces nerviosas sensibles. Si el anillo fibroso se debilita o se rompe, puede producirse una hernia discal.

  • Restricción de la circulación sanguínea y de la irrigación del disco intervertebral

    Los discos intervertebrales, que actúan como amortiguadores entre las vértebras, dependen de un buen suministro de nutrientes. La restricción del flujo sanguíneo -causada, por ejemplo, por permanecer mucho tiempo sentado sin moverse- puede favorecer una hernia discal de forma indirecta pero decisiva. Aunque los discos intervertebrales no reciben un aporte sanguíneo directo, dependen de la difusión desde el tejido circundante. Sin embargo, este intercambio pasivo de nutrientes sólo funciona si el metabolismo del tejido circundante está activo, y esto ocurre principalmente a través del movimiento. El movimiento garantiza la circulación de la sangre y la linfa, lo que a su vez mejora el intercambio de nutrientes y productos de desecho alrededor de los discos intervertebrales. Si, por el contrario, permanece sentado durante largos periodos de tiempo, la circulación sanguínea en la zona de la pelvis y la espalda se reduce considerablemente. Esto significa que los discos intervertebrales reciben menos nutrientes y los productos de desecho pueden acumularse: la regeneración se ralentiza y la estructura se vuelve más susceptible a los daños. A largo plazo, este proceso metabólico alterado puede provocar la degeneración de los discos intervertebrales: el anillo fibroso se vuelve poroso, el núcleo gelatinoso se desplaza y, en el peor de los casos, se produce una hernia discal.

  • Malposiciones del pie

    La conexión entre los pies y la espalda puede no resultar obvia a primera vista, pero es crucial para la estática de todo el cuerpo. A través de la llamada cadena biomecánica, las desalineaciones del pie, como arcos caídos, pies separados, arqueados o planos, pueden afectar a todo el cuerpo, hasta la columna vertebral. Como el pie es la base de la marcha erguida, las desviaciones estáticas o dinámicas tienen un efecto directo en la postura, los patrones de movimiento y la distribución de la carga en el resto del cuerpo. Esto también puede aumentar el riesgo de hernia discal. En el caso de una mala alineación del pie, se altera la secuencia de movimiento, lo que provoca una estática y una dinámica de la marcha incorrectas. Esto provoca movimientos compensatorios en las rodillas, las caderas y la pelvis. La pelvis suele inclinarse ligeramente hacia delante o hacia un lado, lo que puede provocar una curvatura antinatural de la columna vertebral, como una espalda hueca (hiperlordosis) o una desviación lateral (escoliosis). Estas desviaciones posturales aumentan la presión sobre determinadas secciones de los discos intervertebrales, especialmente en la columna lumbar, lo que incrementa el riesgo de sufrir una hernia discal en la columna lumbar. Esta carga asimétrica o unilateral provoca a largo plazo un desgaste desigual de los discos intervertebrales. El anillo fibroso exterior del disco puede volverse poroso, mientras que el núcleo gelatinoso interior ejerce una mayor presión hacia fuera, una situación que puede favorecer la aparición de una hernia discal.

    Además, las desalineaciones de los pies pueden provocar desequilibrios musculares, ya que ciertos grupos musculares se utilizan en exceso mientras que otros permanecen debilitados. Esto puede afectar a la estabilidad de la columna vertebral y sobrecargar los discos intervertebrales. Además, un arco del pie sano actúa como amortiguador natural. Si el pie está desalineado, pierde esta importante función para que las fuerzas de impacto se transfieran sin obstáculos a las articulaciones y la columna vertebral al caminar o correr. A largo plazo, esto puede favorecer el desgaste del disco intervertebral y provocar dolor.

Pie planoPlattfuss
Pie huecoHohlfuss
Pies separadosSpreizfuss
Pie de pandeoKnickfuss
  • Estructuras acortadas y tensas

    Las estructuras tensas y acortadas -sobre todo en los músculos de la espalda, la pelvis y las piernas- pueden favorecer la aparición de una hernia discal. La falta de ejercicio y un estilo de vida predominantemente sedentario favorecen el acortamiento y la tensión de determinados grupos musculares. Esto altera el equilibrio muscular, lo que provoca una mala postura y una tensión desigual en la columna vertebral y los discos intervertebrales. En la columna lumbar en particular, esto aumenta significativamente la presión sobre las secciones individuales del disco, lo que aumenta el riesgo de una hernia de disco en la columna lumbar.

    Los músculos acortados, como los flexores de la cadera o los isquiotibiales, también tiran permanentemente de la columna vertebral y restringen su movilidad. Al mismo tiempo, los músculos tensos de la espalda y el cuello pueden comprimir de forma antinatural los cuerpos vertebrales. Esta sobrecarga mecánica permanente reduce la irrigación de los discos intervertebrales, favorece su degeneración y aumenta el riesgo de hernia discal.

  • Disfunción de la fascia

    Las disfunciones de las fascias pueden contribuir al desarrollo de una hernia discal de diversas maneras. Las fascias son estructuras de tejido conjuntivo que envuelven, conectan y estabilizan músculos, órganos y otros tejidos. Si estas estructuras se vuelven pegajosas, se endurecen o ven limitada su capacidad de deslizamiento -por ejemplo, debido a la falta de movimiento o a una mala postura crónica- pierden su función elástica y de apoyo. Esto restringe la movilidad e interrumpe la coordinación muscular, dando lugar a un patrón de movimiento desequilibrado. Esto, a su vez, puede provocar una carga incorrecta a lo largo de la columna vertebral, lo que aumenta la presión sobre los discos intervertebrales individuales. Además, una cadena de tensión fascial puede provocar cambios posturales compensatorios durante un largo periodo de tiempo, que alteran el movimiento natural de la columna vertebral. Como resultado, aumenta el riesgo de daños microtraumáticos en los discos intervertebrales, lo que puede favorecer el desarrollo de una hernia discal.

  • Rigidez articular

    La rigidez articular, sobre todo en las articulaciones de la columna vertebral, la pelvis o la cadera, puede aumentar considerablemente el riesgo de hernia discal. Si se restringe la movilidad de determinadas articulaciones, se altera la dinámica de movimiento natural del cuerpo. La falta de movilidad en una zona suele tener que compensarse con un movimiento excesivo en otra, a menudo en la columna lumbar. Esta sobrecarga compensatoria conduce a una distribución desigual de la presión sobre los discos intervertebrales, lo que favorece el desgaste y, por tanto, el desarrollo de una hernia discal en la columna lumbar.

    Además, la rigidez articular puede hacer que los movimientos cotidianos se realicen con menos fluidez y ergonomía. En lugar de un movimiento elástico y uniforme, se producen picos bruscos de tensión que sobrecargan los discos intervertebrales. Como consecuencia, aumenta la presión sobre el núcleo interno del disco intervertebral, lo que puede provocar su expulsión, especialmente si el anillo fibroso ya está dañado o debilitado. En consecuencia, la rigidez articular aumenta indirectamente la probabilidad de sufrir una hernia discal, especialmente en la columna lumbar y cervical.

Suelos duros y planos, y calzado inmóvil y de apoyo

Los suelos duros y planos y el calzado inmóvil y de apoyo tienen un impacto significativo en el sistema musculoesquelético y pueden favorecer una hernia discal. Los siguientes factores desempeñan un papel importante en el desarrollo de una hernia discal.

Walking on hard floors

  • Los suelos duros y planos, combinados con un calzado inmóvil y de apoyo, pueden alterar significativamente la absorción natural de impactos del cuerpo y favorecer así la aparición de una hernia discal. Normalmente, el pie -especialmente el arco elástico del pie-, así como los músculos y la cadena fascial, actúan como un amortiguador biomecánico que absorbe los impactos al caminar o correr antes de que lleguen a la columna vertebral y a los discos intervertebrales. Si esta función natural de amortiguación se pierde al caminar de forma prolongada sobre superficies duras o llevar calzado rígido, las fuerzas de impacto se transmiten casi sin filtrar hacia arriba, al sistema esquelético, a cada paso. Este aumento de las fuerzas de reacción al suelo repercute directamente sobre las rodillas, las caderas y, sobre todo, la columna vertebral, especialmente en la zona lumbar. Allí aumenta la carga mecánica sobre los discos intervertebrales, lo que a largo plazo puede provocar microlesiones, una degeneración acelerada del anillo fibroso y, en última instancia, una protrusión o un prolapso discal.

    La aplicación precoz y aumentada de la fuerza acorta el tiempo de reacción de los músculos estabilizadores de la espalda. Si los músculos no se activan a tiempo para estabilizar la columna lo suficiente, se produce una tensión incontrolada en los discos intervertebrales. Los músculos profundos del tronco y las estructuras circundantes desempeñan un papel fundamental en la protección de la columna vertebral y los discos intervertebrales. Si esta función muscular protectora se ve afectada por una activación retardada o por debilidad muscular, puede producirse una tensión incorrecta y excesiva. A largo plazo, una amortiguación muscular insuficiente combinada con un aumento de la fuerza conduce a un mayor desgaste de los discos intervertebrales.

Newton Law

  1. Carga máxima después del tiempo 1 durante el golpe de talón con calzado convencional
  2. Carga máxima después del tiempo 2 durante el golpe de talón con zapatos kybun
  3. Fuerza en newtons
  4. Tiempo en segundos
  5. Caminar por terreno llano y duro con zapatos kybun
  6. Caminar por terreno llano y duro con otro calzado
  • Función limitada de los pies y debilidad muscular

    El uso de zapatos con suelas rígidas o elementos de apoyo y los suelos duros y planos impiden el movimiento natural del pie. La reducción de la amplitud de movimiento de los pies provoca un debilitamiento a largo plazo de los músculos correspondientes del pie y la pierna, lo que conduce a desalineaciones del pie y a una limitación de la funcionalidad de los arcos. Como resultado, la absorción de impactos se deteriora, lo que conduce a un cambio en la distribución de la carga en las piernas y la columna vertebral. La fuerza de reacción del impacto contra el suelo no se absorbe a través de la función de amortiguación de los pies, sino que se canaliza directamente hacia la columna vertebral a través de las rodillas y las caderas. Esto provoca una mayor tensión en el disco intervertebral, lo que aumenta el riesgo de prolapso discal.
    Las desalineaciones del pie, como los arcos caídos, los pies separados, arqueados o planos, cambian la estática del cuerpo, lo que puede desencadenar patrones de movimiento compensatorios, como una inclinación de la pelvis o una curvatura antinatural de la columna vertebral. Esto aumenta la carga mecánica sobre determinados segmentos vertebrales y debilita el control postural y la musculatura profunda. El resultado son desequilibrios musculares, malas posturas y un aumento de la presión sobre los discos intervertebrales.
    Por lo tanto, una función saludable de los pies y unos músculos fuertes en los pies son un factor a menudo subestimado pero crucial para aliviar la presión sobre la columna vertebral.

  • Cambio de marcha y movimiento de balanceo

    El calzado inflexible y los suelos duros y planos afectan al comportamiento natural de balanceo de los pies. Debido a la inflexibilidad del suelo, la fuerza de reacción del suelo se transfiere directamente a los pies tras el golpe de talón. Los músculos responsables de los pies y las piernas no pueden contraerse lo suficiente debido al aumento de la fuerza y a su rápido incremento, lo que impide una estabilización adecuada de los tobillos. Esto da lugar al denominado "pie plegado", por el que el pie se pliega hacia abajo de forma incontrolada tras el golpe de talón. Como resultado, las fuerzas se transmiten hacia arriba sin filtrar y la columna vertebral y sus discos intervertebrales se sobrecargan y se sobrecargan.
    Además, la inflexibilidad del suelo impide que el pie ruede de forma natural sobre el antepié. Como consecuencia, el pie pierde su capacidad de absorber el movimiento y la fuerza que actúa sobre él de forma elástica y elástica, de utilizarla para avanzar y de transferirla uniformemente al cuerpo. Esta restricción tiene un efecto negativo en toda la cadena muscular y articular: La falta de balanceo o el balanceo incompleto reduce la activación de los músculos del pie, la pierna y el tronco y, por tanto, debilita importantes estabilizadores del sistema musculoesquelético.

Síntomas de una hernia discal

Los síntomas de una hernia discal suelen depender de diversos factores, como la percepción del dolor, las causas de la hernia discal, el grado de lesión, la constitución física, etc. Una hernia discal suele reconocerse por los síntomas correspondientes. Para obtener un diagnóstico claro de una hernia discal, debe consultarse a un médico. Para diagnosticar con precisión una hernia discal es necesario realizar una resonancia magnética (RM). Las radiografías de una hernia discal no suelen ser útiles, ya que no pueden mostrar tejidos blandos como los discos intervertebrales o los nervios. No obstante, las radiografías pueden proporcionar indicios indirectos de una hernia discal, como espacios intervertebrales estrechos o cambios en los cuerpos vertebrales. A continuación se enumeran los síntomas más comunes de una hernia discal. Es importante mencionar que también existen síntomas atípicos de la hernia discal, que no se mencionan aquí. La siguiente lista de síntomas de la hernia discal no es exhaustiva.

  • Dolor de espalda: los síntomas típicos de una hernia discal son dolor localizado en la zona de la columna afectada, generalmente punzante o tirante, que puede aumentar con el movimiento o el esfuerzo.
  • Dolor irradiado: el dolor que se irradia a lo largo de un nervio hacia las piernas (hernia discal en la columna lumbar) o los brazos (hernia discal en la columna cervical) está causado por la presión sobre la raíz nerviosa (por ejemplo, ciática). Los síntomas típicos de una hernia discal lumbar son la irradiación a una o ambas piernas. Al mismo tiempo, el dolor que se irradia a uno o ambos brazos son síntomas típicos de una hernia discal cervical.
  • Hormigueo y entumecimiento: Las alteraciones sensoriales como "formicación" o entumecimiento en brazos, manos, piernas o pies indican irritación o compresión de los nervios.
  • Debilidad muscular: los músculos afectados pierden fuerza, lo que puede notarse, por ejemplo, en tropiezos, agarre inestable o pérdida de fuerza de prensión.
  • Movilidad restringida: La movilidad suele estar restringida debido al dolor o a déficits neurológicos: los movimientos cotidianos son difíciles o dolorosos.
  • Síntomas de parálisis (poco frecuentes pero graves): La parálisis parcial o completa de determinados grupos musculares indica una compresión nerviosa grave y son síntomas serios de una hernia discal. Estos requieren una aclaración médica inmediata.
  • Trastornos del vaciado de la vejiga o el intestino (¡urgencia!): Si los nervios que controlan la vejiga o el intestino se ven afectados, puede producirse una pérdida de control; estos síntomas en caso de hernia discal son una urgencia médica (síndrome de cauda equina).
  • Dolor agudo al esfuerzo: Dolor repentino, como un cuchillo, al levantar peso, agacharse o estornudar, debido a una irritación nerviosa.
  • Postura forzada del cuerpo: Las personas afectadas adoptan inconscientemente una postura de alivio para evitar el dolor, a menudo con curvatura lateral de la columna vertebral.
  • Tensión muscular: La tensión protectora en los músculos de la espalda, las nalgas o el cuello provoca endurecimiento y restricción de movimientos.
  • Rigidez matutina: Muchos afectados refieren rigidez en la columna vertebral o movilidad limitada nada más levantarse.
  • Dolor al permanecer mucho tiempo sentado o de pie: Sobre todo en el caso de una hernia discal lumbar, las molestias aumentan al sentarse, permanecer de pie mucho tiempo o conducir.
  • Dolor al toser o estornudar: La presión en el abdomen aumenta, lo que ejerce una tensión adicional sobre el disco intervertebral y puede provocar dolores cortos y agudos.
  • Extremidades frías o entumecidas: el deterioro de la conducción nerviosa puede afectar a la sensación de frío y calor en los brazos (hernia discal en la columna cervical) o las piernas (hernia discal en la columna lumbar).
  • Trastornos de la coordinación: La motricidad fina puede deteriorarse, sobre todo en caso de lesiones de la columna cervical, por ejemplo al escribir o agarrar objetos pequeños.
  • Marcha inestable: la marcha inestable o los tropiezos pueden deberse a una disminución del control muscular o a una alteración de la percepción de la profundidad.
  • Fallos reflejos: En caso de déficit neurológico, algunos reflejos (por ejemplo, el reflejo isquiotibial) están ausentes o debilitados.
  • Sensación de "miembros que se duermen": Sensaciones frecuentes como pies o manos que se duermen, incluso sin una causa externa.
  • Agotamiento debido al dolor constante: El dolor crónico provoca agotamiento físico y mental o trastornos del sueño.
  • Dolores de cabeza o mareos (con una hernia discal en la columna cervical): La irritación o tensión en la zona del cuello puede provocar cefaleas tensionales o mareos con vueltas.

Terapias convencionales - Qué ayuda en caso de hernia discal

Existen varios enfoques para tratar una hernia discal. El objetivo debe ser siempre evitar la necesidad de cirugía discal. A continuación se enumeran algunas terapias para la hernia discal. La lista de terapias para la hernia discal no es exhaustiva. También se pueden combinar varias medidas para tratar el dolor de una hernia discal y evitar la cirugía de disco. Se recomienda una consulta médica para determinar la terapia adecuada para una hernia discal.

  • Analgésicos: los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno o el diclofenaco, ayudan a reducir el dolor y la inflamación. En caso de síntomas más graves, también pueden utilizarse relajantes musculares o cortisona como medicación para la hernia discal.
  • Fisioterapia: Los síntomas de una hernia discal pueden determinarse mediante un diagnóstico de hernia discal. En el tratamiento posterior, se utilizan ejercicios específicos para fomentar la movilidad, fortalecer los músculos y mejorar la postura. Esto alivia la presión sobre la columna vertebral, reduce el riesgo de recaídas y alivia el dolor causado por la hernia discal.
  • Terapia de entrenamiento médico (MTT): Bajo supervisión, se desarrollan específicamente la fuerza, la resistencia y la movilidad para tratar una hernia discal. Unos músculos centrales estables protegen la columna vertebral y los discos intervertebrales de sobrecargas a largo plazo. Los ejercicios específicos pueden acelerar la curación tras una hernia discal.
  • Infiltraciones / inyecciones: Si el dolor es intenso, pueden administrarse inyecciones locales (por ejemplo, de cortisona o anestésicos locales) directamente en la raíz nerviosa. Estas inyecciones reducen la inflamación y permiten reducir el dolor de forma selectiva.
  • Terapia ocupacional / entrenamiento postural: los terapeutas ocupacionales ayudan a adaptar los movimientos cotidianos. El entrenamiento postural fomenta un comportamiento favorable para la espalda al sentarse, levantar peso o caminar y, por tanto, puede prevenir una hernia discal lumbar.
  • Terapia manual / quiroterapia: la movilización o manipulación suave mejora la movilidad de la columna vertebral y libera la tensión muscular. Esto alivia la presión sobre los nervios y puede acelerar la curación tras una hernia discal.
  • Terapia del dolor / apoyo psicosomático: el dolor crónico puede poner a prueba la psique. Los programas multimodales combinan el tratamiento físico y psicológico para tratar el dolor a largo plazo.
  • Ayudas ortopédicas: las plantillas, los soportes o los colchones ortopédicos pueden aliviar la presión sobre la columna vertebral y mejorar la postura, sobre todo en caso de desalineación de los pies o desequilibrios musculares.
  • Terapia de calor o frío: Las aplicaciones de calor (por ejemplo, emplastos térmicos, fango) favorecen la circulación sanguínea y aflojan los músculos tensos. El frío, por su parte, puede tener un efecto analgésico y descongestionante en inflamaciones agudas.
  • Procedimientos naturopáticos / acupuntura: La acupuntura y otros métodos naturopáticos como las ventosas o la homeopatía pueden estimular los poderes autocurativos del organismo y aliviar el dolor, especialmente como complemento del tratamiento médico convencional de la hernia discal.
  • Reducción de peso: El exceso de peso ejerce una presión adicional sobre la columna vertebral y los discos intervertebrales. Una reducción a largo plazo del peso corporal puede reducir la presión sobre los discos intervertebrales, favorecer la cicatrización y evitar la cirugía de disco intervertebral.
  • Alivio y pausas de movimiento específicas: el reposo físico a corto plazo (sin reposo absoluto en cama) alivia la columna vertebral y los discos intervertebrales. A continuación, se aumenta gradualmente la carga mediante una terapia de ejercicio activo para tratar específicamente la hernia discal.
  • Escuela de la espalda / programas de prevención: En las escuelas de espalda, los afectados aprenden comportamientos y patrones de movimiento respetuosos con la espalda en la vida cotidiana. Esto reduce las recaídas y ayuda a mantener la columna vertebral y los discos intervertebrales sanos a largo plazo.
  • Cirugía del disco intervertebral: si se produce parálisis, dolor persistente o trastornos de la vejiga o la micción, puede ser necesaria una intervención quirúrgica. El objetivo de la cirugía discal es eliminar la presión sobre los nervios.

Dado que, por desgracia, muchas de estas medidas no remedian las consecuencias de la falta de movimiento y el sedentarismo descritos anteriormente, así como los suelos duros y planos y el calzado inmóvil y de apoyo, los numerosos síntomas que acompañan a una hernia discal pueden reaparecer con regularidad. Por tanto, el objetivo de cualquier tratamiento para una hernia discal debe ser eliminar estas causas. El modo de acción de kybun resulta ser una terapia adecuada para las hernias discales con el fin de proteger y fortalecer la columna vertebral y el disco intervertebral.

kybun modo de acción - Qué ayuda con las hernias discales

El objetivo de los productos kybun es eliminar los efectos nocivos de los suelos duros y planos y del calzado inmóvil y de apoyo, y combatir activamente la falta de ejercicio y el sedentarismo. Las propiedades elásticas y amortiguadoras de los productos kybun alivian el sistema musculoesquelético, por un lado, y lo activan, por otro. El alivio garantiza que, como primer paso, se reduzca la fuerza ejercida sobre los discos intervertebrales y el dolor discal. Con la activación se pretende iniciar una marcha natural y respetuosa con las articulaciones y fortalecer la musculatura de todo el sistema musculoesquelético para que las molestias pasen a ser cosa del pasado a largo plazo. Por lo tanto, las zapatillas kybun son ideales para el tratamiento de la hernia discal, ya que ayudan con los siguientes modos de acción en el tratamiento de la hernia discal:

  • Fomentar el ejercicio y reducir el sedentarismo

    El ejercicio regular y la reducción de las actividades sedentarias desempeñan un papel fundamental en la prevención de las hernias discales y en el alivio de los síntomas existentes. En general, se reconoce que el ejercicio tiene un efecto positivo sobre el dolor de espalda y que la inactividad, en la mayoría de los casos, agrava los síntomas. Los productos kybun, elásticos y elásticos, fomentan el placer del movimiento, ya que caminar y estar de pie sobre este material único alivia la columna vertebral y los tejidos blandos circundantes. A continuación se describen las numerosas ventajas de promover el movimiento en combinación con los productos kybun. Como el uso de los productos kybun también puede reducir la duración de la actividad sedentaria, también se pueden minimizar los efectos secundarios negativos de un estilo de vida sedentario.

  • Activa y refuerza los músculos gracias a sus propiedades elásticas y resistentes

    Una superficie elástica y elástica puede favorecer específicamente la activación y el fortalecimiento de los músculos y ayudar así a prevenir una hernia discal o aliviar las dolencias existentes. Cuando se camina y se está de pie sobre un suelo que cede y es inestable, los músculos -especialmente los del pie, la pierna, la pelvis y el torso- deben realizar constantemente pequeños movimientos compensatorios para mantener el equilibrio. Esta activación constante y refleja entrena sobre todo los músculos profundos, que son cruciales para estabilizar la columna vertebral. Además de los grupos musculares individuales, también mejora la coordinación intermuscular, es decir, la interacción entre ellos, lo que permite optimizar el control del movimiento y la estabilización de la columna vertebral.
    La activación de los pies también tiene un efecto positivo directo en la prevención y el tratamiento de la hernia discal. Los pies constituyen la base de la postura y desempeñan un papel fundamental en la transmisión de fuerza y la absorción de impactos al caminar y al estar de pie. El buen funcionamiento de los músculos de los pies no sólo estabiliza el arco del pie, sino que también mejora la estática general del cuerpo y la coordinación de los movimientos.
    Si se activan específicamente los músculos de los pies, mejora la activación de los músculos profundos de todo el sistema musculoesquelético. Esto tiene un efecto estabilizador sobre las rodillas, las caderas y, sobre todo, la columna vertebral. Al mismo tiempo, los músculos activos del pie que mantienen el arco del pie reducen las cargas máximas que afectan a los discos intervertebrales con cada paso. Un arco del pie bien entrenado también evita desalineaciones como la sobrepronación, que de otro modo podría tener un efecto negativo en la posición de la columna vertebral a través de las rodillas y la pelvis. Además, gracias al hundimiento lento y controlado del talón en el material elástico y elástico, se activa la pretensión miofascial en los músculos implicados. Esta pretensión y la mejora de la actividad muscular permiten estabilizar y guiar precozmente la columna vertebral, lo que reduce la fuerza ejercida sobre los discos intervertebrales.

Equilibrio y EMG

La capacidad de equilibrio se midió con una placa de fuerza moviendo el centro de gravedad del cuerpo de delante hacia atrás (ant-post) y de lado a lado (med-lat) al estar de pie. Al mismo tiempo, se registró la actividad muscular mediante electromiografía (EMG).

Con calzado convencional

  1. Reducción de la actividad muscular
  2. Reducción de la amplitud de movimiento del centro de gravedad del cuerpo

Con zapatos kybun

  1. Aumento de la actividad muscular
  2. Mayor amplitud de movimiento del centro de gravedad del cuerpo
  • Reducción de la fuerza ejercida por suelos duros y planos gracias al efecto amortiguador

    Los suelos duros y planos transmiten a cada paso fuerzas de impacto directas a la columna vertebral a través de los pies, las rodillas y las caderas. Estas microcargas repetidas aumentan la presión sobre los discos intervertebrales a largo plazo. Cuando el talón golpea el suelo en los zapatos kybun, el material elástico y elástico se comprime. Este efecto de rebote de la suela permite absorber parte de las fuerzas que se producen y liberarlas de nuevo para la fase de rodadura. La capacidad de absorción de fuerzas de la suela kybun se traduce en una amortiguación que reduce las cargas máximas sobre las articulaciones y los discos intervertebrales. Así, los discos intervertebrales pueden cumplir mejor su función de amortiguadores naturales y están menos unilateralmente o excesivamente comprimidos.
    Además, el lento hundimiento del talón en el material elástico y elástico da al cuerpo más tiempo para tensar los grupos musculares pertinentes. La mejora de la tensión básica de los músculos puede estabilizar las articulaciones individuales de la columna vertebral y reducir así la fuerza ejercida sobre los discos intervertebrales.

Newton Law

  1. Efecto de fuerza 1 durante el golpe de talón con calzado convencional
  2. Efecto de fuerza 2 durante el golpe de talón con zapatos kybun
  3. Fuerza en newtons
  4. Tiempo en segundos
  5. Caminar por terreno llano y duro con zapatos kybun
  6. Caminar por terreno llano y duro con otro calzado
  • Balanceo natural del pie gracias a la activación muscular y a la función roll-off

    Cuando el talón golpea el suelo en los zapatos kybun, el material elástico y elástico se comprime. Este hundimiento más lento en la suela del kybun retrasa el momento en que se aplica la fuerza máxima. Esta ganancia de tiempo adicional ayuda a los músculos a tensarse a tiempo para apoyar el pie de forma controlada tras el golpe de talón. Por una parte, la activación de los músculos del pie conduce a la estabilización del arco del pie y, por tanto, al aprovechamiento de la función de amortiguación del pie. Esta amortiguación eficaz protege las estructuras posteriores, como las rodillas, las caderas y la columna vertebral, ya que las fuerzas no se transmiten hacia arriba sin amortiguación al caminar y estar de pie. Por otro lado, la activación muscular durante el golpe de talón evita el perjudicial colapso del pie, ya que éste puede pasar a rodar de forma natural. Por un lado, el balanceo activo sobre el antepié transfiere la fuerza ejercida al movimiento hacia delante. Por otro lado, el balanceo activo provoca un aumento de la amplitud de movimiento de las articulaciones suprayacentes, lo que en última instancia conduce a la rotación de la parte superior del cuerpo. El uso de todas las articulaciones en la máxima amplitud de movimiento posible distribuye uniformemente la carga sobre el cuerpo y alivia así los discos intervertebrales. La rotación de la parte superior del cuerpo genera movimiento en las vértebras individuales, lo que nutre los discos intervertebrales. Más información al respecto en "Fomento de la circulación sanguínea mediante una mayor actividad de movimiento".

Natural Foot Roll

  • Cuidado y protección del salpicadero

    Caminar sobre una superficie elástica y elástica puede contribuir en gran medida a proteger y cuidar la fascia y, de este modo, prevenir la aparición de hernias discales y aliviar las dolencias existentes. La fascia, el tejido conjuntivo que rodea y conecta músculos, órganos y articulaciones, reacciona con sensibilidad al movimiento, especialmente a los impulsos suaves, rítmicos y elásticos, como los que se producen al caminar sobre una superficie elástica y elástica. Este tipo de movimiento favorece la circulación sanguínea, el intercambio de fluidos en las capas fasciales y la eliminación de residuos metabólicos, lo que puede prevenir o aflojar adherencias y endurecimientos. Si las fascias se someten a una tensión excesiva o unilateral -por ejemplo, al permanecer sentadas durante mucho tiempo o al realizar movimientos rígidos- pierden su elasticidad y capacidad de deslizamiento. Esto puede provocar una restricción del movimiento, tensión muscular y un esfuerzo incorrecto de la columna vertebral, lo que aumenta el riesgo de hernia discal. La tensión fascial empuja los discos intervertebrales unos contra otros, lo que comprime el disco y lo somete a una tensión incorrecta y excesiva. Una base elástica y resistente hace que el cuerpo se mueva de forma más natural y fluida, lo que moviliza la fascia, la mantiene elástica y la protege. Al mantener la función de la red fascial, ésta puede estabilizar la columna vertebral, distribuir la presión de forma más uniforme y contribuir así a aliviar la presión sobre los discos intervertebrales. Esto no sólo reduce el riesgo de prolapso, sino que también favorece la regeneración y el alivio del dolor en las dolencias existentes.

  • Mejora de la circulación gracias a una mayor actividad motriz

    Caminar y estar de pie sobre una superficie elástica y elástica fomenta de forma natural la actividad motriz, lo que a su vez puede mejorar significativamente la circulación sanguínea en todo el sistema musculoesquelético, incluidos los músculos cercanos a la columna vertebral y los discos intervertebrales. Una mejor circulación sanguínea significa que el tejido circundante -especialmente los músculos, la fascia y también los discos intervertebrales (indirectamente a través de la difusión)- recibe más oxígeno y nutrientes. Esto es crucial, ya que los discos intervertebrales no tienen riego sanguíneo propio y dependen del movimiento para absorber nutrientes y eliminar productos de desecho. En definitiva, el aumento del flujo sanguíneo a través de la actividad regular sobre una superficie elástica favorece la regeneración y el mantenimiento de la función discal y puede reducir significativamente el riesgo de prolapso discal o mitigar las consecuencias de un prolapso existente.

  • Distribución optimizada de la presión

    Toda la planta del pie está rodeada por este exclusivo material elástico. De este modo se consigue una distribución optimizada de la presión en los pies y una reducción de las cargas máximas, por lo que las fuerzas de impacto se distribuyen de forma más uniforme por los pies, las piernas y la columna vertebral. Como resultado, también puede reducirse la carga puntual sobre los discos intervertebrales. Además, el suave movimiento constante sobre los productos kybun aumenta la superficie de carga, lo que también puede reducir los puntos de presión individuales. Esto protege los discos intervertebrales de sobrecargas y lesiones.

con kybun

sin kybun

Consejos de aplicación para hernias discales

Antes de ponerte las zapatillas kybun por primera vez, debes tener en cuenta algunos consejos sobre su uso. Un uso correcto puede ayudar a aliviar el dolor de una hernia discal. También puede tratar la hernia discal con una terapia específica, que se explica en la sección siguiente.

  • Al principio, lleve las zapatillas kybun sólo el tiempo que su cuerpo le permita. Interrumpa el uso de las zapatillas si el dolor discal aumenta o el sistema musculoesquelético se cansa. El tratamiento de las hernias discales requiere tiempo. Las propiedades activadoras de los productos kybun entrenan la musculatura, lo que puede provocar las llamadas reacciones iniciales, sobre todo al principio.
  • Si padece dolor en los discos intervertebrales, debe reducir principalmente el tiempo que pasa de pie y caminando, así como la cantidad de tiempo que pasa sentado. Estar sentado demasiado tiempo tiende a agravar el dolor de espalda en los discos intervertebrales, ya que es cuando la presión sobre los discos es mayor. También deben reducirse los movimientos o posturas que aumentan la presión sobre el disco intervertebral afectado o que ejercen una tensión adicional sobre la raíz nerviosa irritada. No es infrecuente que las personas con hernia discal se quejen de dolor al girar o inclinar el tronco hacia un lado o al doblar la columna hacia delante.
  • Presione activamente el talón contra el material elástico y elástico durante el golpe de talón y sienta las propiedades de amortiguación de las zapatillas kybun. La amortiguación está diseñada para absorber y reducir el impacto en la espalda, lo que reduce la tensión en los discos intervertebrales.
  • Intenta girar sobre la parte delantera del pie de la forma más activa posible para aliviar el dolor discal. Aumentar la amplitud de movimiento de los pies también genera más movimiento en la espalda, lo que ayuda sobre todo con la tensión y los bloqueos. Si aún no es posible rodar activamente debido al dolor de espalda de los discos intervertebrales, reduzca el movimiento de rodamiento sobre el antepié.
  • Pruebe los siguientes ejercicios para potenciar la eficacia de las zapatillas kybun y aumentar las probabilidades de recuperación. Están pensados como complemento de la terapia discal y deberían formar parte del tratamiento del dolor discal.
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Para los recién llegados al kybun

Al llevar zapatos kybun, la marcha pasa de ser suave a natural. En el 90% de los casos, esto ocurre sin problemas.
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Ejercicios útiles para la hernia discal

Para aumentar la eficacia de las zapatillas kybun y acelerar la curación tras una hernia discal, recomendamos realizar los siguientes ejercicios para el dolor por hernia discal. La selección de ejercicios no es exhaustiva y puede complementarse con otras terapias para la hernia discal. La regla básica para todos los ejercicios es que el dolor de espalda no debe aumentar tras una hernia discal. Si uno de los ejercicios aumenta el dolor, debe interrumpirse. Lo deseable es calmar y aliviar el "dolor".
Los ejercicios se dividen en las siguientes áreas: "Marcha correcta con zapatos kybun", "Entrenamiento de la longitud muscular", "Rodamiento de la fascia" y "Fortalecimiento". Lo ideal sería utilizar las distintas áreas como terapia complementaria para las hernias discales.

Caminar correctamente con los zapatos kybun
La calidad de cada paso individual es crucial en el tratamiento de las hernias discales para reducir el dolor y eliminar los esfuerzos incorrectos y excesivos. Por ello, las zapatillas kybun ofrecen una terapia ideal para las hernias discales.

Golpe de talón activo
Aktiver Fersenauftritt
  • Presione el talón profundamente en el material elástico y elástico para sentir las propiedades de amortiguación de la suela kybun.
  • Posición controlada del pie para que no se incline ni hacia dentro ni hacia fuera.
  • Bajar el mediopié y el antepié de forma controlada para reducir la fuerza ejercida sobre el cuerpo.
Rodamiento activo del pie
Aktive Fussabrollung
  • Rueda activamente sobre el antepié y aprovecha al máximo la amplitud de movimiento.
  • Es importante utilizar la máxima amplitud de movimiento para que exista una conexión fisiológica entre la pelvis y la espalda.
  • Si los síntomas de una hernia discal vuelven a aparecer debido a la rotación de la columna vertebral, hay que reducir el balanceo.

Entrenamiento de la longitud muscular
El entrenamiento de la longitud muscular es de vital importancia en el tratamiento de las hernias discales, ya que la hernia discal y el consiguiente dolor suelen estar causados por acortamientos, tensiones y bloqueos en las estructuras miofasciales. Los ejercicios de estiramiento dirigidos pueden combatir activamente el acortamiento, la tensión y los bloqueos, por lo que son un tratamiento ideal para la hernia discal.

Abridor de cadera
Hüftöffner
  • Posición inicial en cuadrupedia.
  • Colocar el pie izquierdo hacia delante junto a los brazos.
  • Estira la pierna derecha hacia atrás y apoya el pie en el suelo. Asegúrate de que las caderas y la columna están alineadas.
  • Para aumentar el estiramiento, empuje las caderas hacia delante y hacia abajo. Dependiendo de la movilidad individual
  • realizar 1 - 2 veces al día.
  • mantenga el ejercicio durante 3 x 30 segundos.
Músculos anteriores del muslo
Vordere Oberschenkelmuskulatur
  • Desde una posición de pie, agarre la parte posterior de su pie izquierdo con la mano izquierda. Para comprobar el equilibrio, puedes agarrarte a un objeto estable con la mano derecha.
  • El muslo izquierdo está paralelo a la pierna de apoyo.
  • Espalda recta.
  • Empuje la pelvis ligeramente hacia delante para aumentar el estiramiento del muslo.
  • Tire del talón del pie hacia las nalgas de modo que la rodilla apunte hacia abajo. Cuanto más se acerque el talón a las nalgas, mayor será el estiramiento.
  • realizar 1 - 2 veces al día.
  • mantenga el ejercicio durante 3 x 30 segundos.

Rodillo de fascia
El entrenamiento de la fascia con el rodillo de fascia es importante en el tratamiento del dolor discal, ya que éste suele estar causado por acortamientos, tensiones y bloqueos en las estructuras miofasciales. Al estirar regularmente la cadena miofascial acortada y tensa, el rodillo de fascia puede utilizarse como terapia activa para las hernias discales.

Músculos glúteos
Gesässmuskulatur
  • Doble ambas piernas y extienda la mitad correspondiente de la nalga con la bola de fascia. Aumente la presión colocando la pierna sobre un lado. Si se produce dolor en la muñeca, el ejercicio también puede realizarse en los antebrazos.
  • Realice el ejercicio lentamente y de forma controlada.
  • Adapta la presión a tus sensaciones personales, pero llega hasta el umbral de dolor tolerable.
  • Desenrolle cualquier adherencia localizada o mantenga la posición en este punto.
  • 3 minutos por lado.
  • realizar 1 - 2 veces al día.
Músculos anteriores del muslo
Vordere Oberschenkelmuskulatur
  • Posición inicial en decúbito prono.
  • Coloque el rodillo grande bajo el muslo de la pierna estirada. Coloca la otra pierna en ángulo para controlar el movimiento.
  • Despliegue activamente la parte delantera del muslo desde la cadera hasta por encima de la articulación de la rodilla.
  • Realice los ejercicios lentamente y de forma controlada. Ajuste la presión a su sensación personal, pero vaya hasta el umbral de dolor tolerable.
  • Desenrolle cualquier adherencia localizada o mantenga la posición en este punto.
  • 3 minutos por lado.
  • realizar 1 - 2 veces al día.

Fortalecimiento

El entrenamiento específico de la fuerza ayuda a estabilizar el tronco y, por tanto, a aliviar la columna vertebral, lo que también es esencial para tratar las hernias discales. Unos músculos fortalecidos pueden absorber mejor las fuerzas que actúan sobre los discos intervertebrales con cada movimiento. Además, los músculos estabilizan cada una de las articulaciones y las protegen así de tensiones incorrectas y excesivas. Los ejercicios de fortalecimiento son una terapia eficaz para la hernia discal y ayudan a aliviar el dolor a largo plazo.

Cuadrúpedo
  • Posición inicial en cuadrupedia.
  • Coloca las manos a la altura de los hombros por debajo de los hombros y las rodillas a la altura de la cadera por debajo de la pelvis.
  • Extiende la pierna derecha hacia atrás y el brazo izquierdo hacia delante.
  • Espalda recta y estable.
  • Luego junta la pierna derecha y el brazo izquierdo y estíralos de nuevo.
  • 3 series de 8 - 12 repeticiones.
  • Realizar de 2 a 3 veces por semana.
Vierfüssler 1
Vierfüssler 2
Puente
Brücke
  • Posición inicial: decúbito supino con las piernas flexionadas (a la anchura de las caderas). Los brazos están estirados a la anchura de los hombros a la altura de los pies.
  • Levanta activamente las caderas del suelo y muévelas hacia el techo (las caderas deben estar completamente extendidas en la parte superior del ejercicio).
  • Mantén la posición en el punto más alto durante 4 segundos.
  • Asegúrese de que la fuerza procede de los glúteos (no de los talones ni de la parte posterior de los muslos).
  • Vuelve a bajar lentamente las caderas sin que las nalgas toquen el suelo.
  • 3 series de 8 - 12 repeticiones.
  • Realizar de 2 a 3 veces por semana.
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Ejercicios especiales

Para obtener información sobre los ejercicios especiales en el zapato kybun y los ejercicios básicos en la esterilla kybun.
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