Dolor en el antepié / metatarsalgia
A continuación se describe con más detalle el dolor en la parte anterior del pie, también conocido como dolor de antepié (término médico: metatarsalgia). La enfermedad se define y se comentan las causas del dolor en el metatarso. También se describen los posibles síntomas de la metatarsalgia. Además, el modo de acción de kybun y ejercicios de ejemplo se utilizan para explicar cómo se puede tratar el dolor en la bola del pie.

Definición de
¿Qué es la metatarsalgia?
Metatarsalgia es un término colectivo para referirse a molestias dolorosas en la zona de la bola del pie, es decir, donde los dedos se unen a los huesos metatarsianos (metatarsianos). Esta zona está sometida a mucha tensión al caminar y al estar de pie, sobre todo al girar el pie. El dolor suele aparecer bajo las llamadas cabezas de los huesos metatarsianos (cabezas metatarsianas), a menudo en el segundo y tercer rayo. Los afectados suelen describir una sensación de quemazón, punzada o dolor sordo, que se intensifica bajo presión. A veces se tiene la impresión de caminar sobre una pequeña piedra. El aumento de la tensión en el antepié también puede provocar a largo plazo la formación de callosidades o durezas en esta zona, un signo de tensión excesiva.

- 1Cabeza metatarsiana
- 2Metatarsos
- Antepié
- Área de dolor
- Metatarso
- Tarso
- Pie trasero
Causas del dolor en el antepié
Las causas del dolor en la bola del pie están estrechamente relacionadas con el estilo de vida moderno y las cambiantes condiciones ambientales. Nuestros antepasados se desplazaban mucho y de forma intensiva para procurarse alimentos, ya fuera cazando, recogiendo bayas o cultivando. Estas actividades solían realizarse descalzos sobre un terreno natural y accidentado, que exigía y fortalecía al máximo los músculos de los pies y las piernas. Además, el suelo blando reducía la carga puntual sobre los pies.
A lo largo de los milenios, los estilos de vida han cambiado enormemente. Hoy en día, la falta de ejercicio y un estilo de vida predominantemente sedentario están muy extendidos, lo que favorece, entre otras cosas, el desarrollo del pie deforme. Cuando hay movimiento, suele ser sobre suelos duros y planos, como hormigón o asfalto, y a menudo con calzado inmóvil y de apoyo. Estas condiciones alteradas afectan tanto a la cantidad como a la calidad del movimiento y provocan adaptaciones físicas que pueden sobrecargar el antepié. A continuación se describen los efectos de estos cambios en el desarrollo del dolor en la bola del pie (dolor metatarsálgico).
Falta de ejercicio y sedentarismo
El modo de vida moderno, caracterizado por la falta de ejercicio y un estilo de vida sedentario, ejerce una presión incorrecta sobre el sistema musculoesquelético. La falta de ejercicio y el sedentarismo conducen a adaptaciones físicas que pueden favorecer el dolor en la bola del pie (dolor metatarsálgico). Los siguientes cambios desempeñan un papel importante en el desarrollo del dolor en la parte anterior del pie:
- Músculos debilitados
Un estilo de vida sedentario y la falta de ejercicio durante un largo periodo de tiempo pueden provocar un debilitamiento significativo de los músculos de todo el cuerpo, especialmente de los pies. Los músculos del pie desempeñan un papel fundamental en la estabilidad, el equilibrio y la estática saludable del arco del pie. Si la carga es demasiado baja -por ejemplo, debido a una sedestación prolongada y poco movimiento-, los pequeños músculos, tendones y ligamentos que mantienen el arco transversal y longitudinal del pie se atrofian. Como consecuencia de esta debilidad muscular, el arco transversal puede descender, lo que favorece el desarrollo del pie desviado. Más información al respecto en la siguiente sección.
Además, la debilidad muscular también tiene un impacto negativo en la postura general. Una mala postura en las rodillas, las caderas o la espalda puede provocar cambios en la carga de los pies a través de las denominadas cadenas musculares y favorecer aún más el desarrollo de dolor en la bola del pie. Esto deja claro que la metatarsalgia no es sólo un problema localizado en el pie, sino a menudo el resultado de una falta general de movimiento y un estilo de vida inactivo. - Malposiciones del pie
Como se ha mencionado en la sección anterior, el debilitamiento de los músculos puede provocar desalineaciones del pie. Una de las desalineaciones más comunes en este contexto es el pie separado. En este caso, los huesos metatarsianos se separan y el arco transversal del antepié desciende. Este cambio provoca una distribución desigual de la presión al estar de pie y al caminar. En lugar de una carga plana, el peso del cuerpo se desplaza cada vez más a las cabezas metatarsales individuales, en particular al segundo y tercer rayo. El resultado es una sobrecarga en esta zona, que provoca irritación, inflamación de la bola del pie y dolor bajo la bola del pie - metatarsalgia.
Al mismo tiempo, el arco longitudinal también puede descender, lo que favorece el desarrollo de un pie plano. El descenso del arco transversal y longitudinal hace que el pie pierda su función natural de amortiguación. En lugar de amortiguar uniformemente la carga al caminar o estar de pie, la presión se transfiere directamente y de forma creciente a las cabezas metatarsianas.
Además, la pérdida del arco también hace que toda la estática del pie sea más inestable. El resultado es una carga incorrecta, un cambio en el patrón de la marcha y una mayor concentración de presión en las zonas anteriores del pie. Además de dolor, esto también puede causar callosidades, durezas o, en el peor de los casos, cambios inflamatorios en tendones y articulaciones.


- Disfunción de la fascia
Las fascias son vainas de tejido conjuntivo que rodean y conectan músculos, tendones y articulaciones. Son cruciales para el movimiento suave y la transmisión de energía en el cuerpo. Sin embargo, estas fascias pueden acortarse, endurecerse o pegarse si hay una falta de movimiento, una carga incorrecta o un movimiento demasiado poco variado.
Las disfunciones de las fascias pueden favorecer la metatarsalgia de diversas maneras. Las fascias son una red ampliamente ramificada de tejido conjuntivo que envuelve y estabiliza músculos, huesos y órganos. Desempeñan un papel fundamental en la movilidad, la transmisión de fuerzas y la distribución de fuerzas mecánicas en el cuerpo. Numerosas estructuras fasciales recorren el pie, en particular la fascia plantar en la planta del pie, que cumple una importante función en el mantenimiento del arco del pie y la absorción de impactos.
La falta de ejercicio, una mala postura o un estilo de vida sedentario pueden provocar adherencias, engrosamiento o tensión en estas fascias, lo que puede perjudicar significativamente las propiedades mecánicas del pie. Las fascias pierden elasticidad, lo que provoca una distribución desigual de las fuerzas de compresión al caminar o estar de pie. Como resultado, la zona del antepié -especialmente las cabezas de los metatarsianos- está sometida a una mayor tensión. Este aumento de la carga de presión puede provocar irritación de los nervios, articulaciones o bursas de esta zona, que se manifiesta en forma de ardor, punzadas o dolor dependiente de la carga.
Además, las fascias actúan como cadenas interconectadas en el cuerpo. Las alteraciones de la tensión miofascial -por ejemplo, debido a un acortamiento a lo largo de la cadena fascial de la espalda, que va desde la planta del pie hasta el cuello- pueden transferir tensión al pie y provocar desajustes compensatorios en él. Esto puede favorecer, por ejemplo, el aplanamiento del arco transversal, lo que a su vez favorece la formación del pie desviado y, por tanto, una causa típica de metatarsalgia. - Rigidez articular
La rigidez articular, que a menudo se produce como consecuencia de un estilo de vida sedentario y la falta de ejercicio, puede favorecer considerablemente la metatarsalgia, es decir, cuando duelen las plantas de los pies. El sedentarismo prolongado y la escasa actividad física reducen la circulación sanguínea y la irrigación de las estructuras articulares, lo que a su vez limita la movilidad de las articulaciones. No sólo las grandes articulaciones, como las caderas y las rodillas, se ven especialmente afectadas, sino también las pequeñas articulaciones del pie, especialmente las articulaciones metatarsofalángicas y la articulación del tobillo.
Si se restringe la movilidad de estas articulaciones, el comportamiento de balanceo del pie cambia al caminar. En lugar de una carga dinámica y uniforme en el talón, el arco y los dedos, la presión suele desplazarse de forma poco fisiológica hacia la parte delantera del pie, especialmente hacia las cabezas de los metatarsianos. Esta sobrecarga puede provocar rozamientos, microlesiones y reacciones inflamatorias en las estructuras de la bola del pie, que se manifiestan en forma de metatarsalgia. La movilidad limitada de los dedos, especialmente del dedo gordo, también dificulta el empuje normal del pie al caminar y obliga al cuerpo a realizar movimientos evasivos, que aumentan aún más la presión en la zona del antepié.
Suelos duros y planos, y calzado inmóvil y de apoyo
Nuestros pies están diseñados evolutivamente para moverse sobre superficies naturales irregulares, en las que los músculos del pie, las articulaciones y las fascias deben compensar y adaptarse constantemente de forma activa. El cambio de las condiciones ambientales influye considerablemente en la tensión del sistema musculoesquelético. Los suelos duros y planos y el calzado inmóvil y de apoyo modifican la biomecánica de cada paso y son, por tanto, un factor decisivo en el desarrollo del dolor en la bola del pie. Los siguientes cambios desempeñan un papel importante en el desarrollo del dolor de metatarsalgia:
- Aplicación de la fuerza
Al caminar sobre superficies naturales y flexibles como la hierba, la arena o el musgo, la energía del impacto es absorbida y amortiguada suavemente por el suelo. En cambio, las superficies modernas y duras, como el hormigón o el asfalto, reflejan esta energía casi por completo en el pie. Esto aumenta significativamente las cargas máximas sobre las estructuras del pie.
Este problema se agrava por el calzado moderno, que a menudo está equipado con suelas rígidas y gruesas y plantillas de apoyo. Esta rigidez restringe considerablemente la movilidad natural del pie, especialmente la de las articulaciones metatarsofalángicas y el arco del pie. Si estas estructuras no pueden cooperar lo suficiente, la absorción de impactos del propio cuerpo se ve limitada. La presión se concentra entonces excesivamente en las cabezas de los metatarsianos, precisamente la zona que suele doler con la metatarsalgia.
El antepié tiene una almohadilla de grasa natural que actúa como capa amortiguadora y protege las estructuras sensibles situadas bajo las cabezas de los metatarsianos de una tensión excesiva. Esta almohadilla está estructurada de tal forma que se deforma flexiblemente con cada paso y absorbe así el impacto al caminar o correr. Los suelos duros y planos y el calzado poco flexible perjudican considerablemente esta función protectora. Al no ofrecer amortiguación, las fuerzas de impacto se transmiten sin filtrar al pie. Por lo tanto, la almohadilla de grasa debe compensar permanentemente la falta de amortiguación y se sobrecarga. Con el tiempo, esto puede provocar un desgaste estructural o un desplazamiento de la almohadilla, lo que reduce su efecto amortiguador - lo que aumenta aún más la carga de presión sobre el tejido circundante.
Además, los suelos duros y los zapatos rígidos no sólo provocan un aumento de la fuerza de impacto, sino también una transferencia acelerada de estas fuerzas al pie. Como resultado, los músculos tienen menos tiempo para reaccionar a la carga y tensarse activamente. Como consecuencia, los arcos transversal y longitudinal no pueden estabilizarse suficientemente, lo que limita aún más su función amortiguadora. El resultado es un aumento de la tensión en la bola del pie. Además, el pie ya no puede rodar de forma controlada tras el golpe de talón debido a la aplicación repentina de fuerza, lo que aumenta aún más la carga incorrecta y excesiva en la zona del antepié. Más sobre esto en la siguiente sección.
- Fuerza en newtons
- Tiempo en segundos
- Caminar por terreno llano y duro con zapatos kybun
- Caminar por terreno llano y duro con otro calzado
- Secuencia antinatural de movimientos
Al caminar descalzo sobre un suelo natural y flexible, el talón puede hundirse de forma controlada al tocar el suelo. Debido a la elasticidad del suelo, la carga aumenta lentamente y de forma controlada. Esto da a los músculos del pie tiempo suficiente para estabilizar activamente el pie y los arcos transversal y longitudinal, lo que protege la bola del pie de la sobrecarga. En cambio, cuando se camina sobre un suelo duro y plano en combinación con un calzado inmóvil y de apoyo, la fuerza de reacción del suelo actúa sobre el pie de forma no amortiguada y brusca, como se ha descrito en el apartado anterior. Debido al rápido aumento de la carga, los músculos apenas tienen tiempo para reaccionar, lo que provoca una estabilización insuficiente. Como resultado, el pie rueda hacia abajo de forma incontrolada tras el golpe de talón en lugar de rodar suavemente y de forma coordinada. Como resultado, las sensibles cabezas metatarsales de la bola del pie son "golpeadas" en lugar de recibir una carga uniforme con cada paso, lo que puede provocar dolor en las cabezas metatarsales y dolor en los dedos. Al mismo tiempo, los arcos transversal y longitudinal no pueden estabilizarse lo suficiente, lo que significa que se pierde su función natural de amortiguación.
La reducción del movimiento de balanceo sobre el antepié no sólo tiene un efecto negativo sobre la distribución de la presión en todo el pie, sino que también inhibe la circulación sanguínea y el intercambio de fluidos en la zona de la bola del pie. A largo plazo, esta secuencia restringida de movimientos también conduce a la degradación de los músculos pertinentes del pie y la pierna, que se describe con más detalle en la sección siguiente.
- Músculos debilitados
Los suelos duros y planos y el calzado inmóvil y de apoyo modifican fundamentalmente la mecánica natural del pie y favorecen la degradación a largo plazo de los músculos estabilizadores del pie. En las superficies naturales irregulares, el pie se ve constantemente obligado a adaptarse a los estímulos cambiantes y a los desniveles. Esto activa un gran número de pequeños músculos del pie y de la parte inferior de la pierna, especialmente los que sostienen los arcos transversal y longitudinal y controlan el movimiento de balanceo. Sin embargo, en un suelo duro y llano, este estímulo es prácticamente inexistente. La monótona superficie apenas requiere actividad muscular. El calzado inflexible y de apoyo agrava aún más esta situación y conduce a una mayor inactividad de los pies. Como resultado, los músculos profundos del pie, en particular, se ven infraexigidos y se debilitan con el tiempo.
Si los músculos que estabilizan el arco transversal se deterioran, con el tiempo puede desarrollarse el splayfoot. El arco transversal se ablanda, el antepié se ensancha y los metatarsianos se hunden hacia abajo. Esto provoca una carga de presión fisiológicamente elevada en las cabezas centrales de los metatarsianos, normalmente el segundo y el tercer rayo, lo que hace que el antepié sea especialmente susceptible a las dolencias por sobrecarga. El resultado suele ser metatarsalgia, es decir, dolor en la zona de la bola del pie. Además, la almohadilla de grasa natural situada bajo las cabezas metatarsales se desplaza de su posición o se sobrecarga debido a la estática alterada y a la pérdida de estabilidad muscular. Pierde gradualmente su función amortiguadora, lo que significa que las estructuras sensibles bajo los metatarsianos ya no están protegidas adecuadamente. La rotura de los músculos elevadores del pie -especialmente el músculo tibial anterior- también significa que el pie ya no se posa de forma controlada tras el golpe de talón, sino que golpea el suelo. Esto provoca una tensión excesiva en el antepié.
Síntomas del dolor en el antepié
Es importante señalar que a continuación se enumeran los síntomas más frecuentes de la metatarsalgia. Sin embargo, la lista de síntomas no es completa ni exhaustiva. También son posibles síntomas atípicos que no figuran en esta lista. Los síntomas de la metatarsalgia suelen depender de varios factores, como la sensación de dolor, la causa del dolor en la planta del pie, la gravedad de la afección y la constitución física. Para obtener un diagnóstico claro de la metatarsalgia, debe consultarse a un médico.
- Dolor bajo las cabezas metatarsianas: Dolor agudo, sordo o quemante directamente bajo la bola del pie, normalmente en la zona del segundo o tercer dedo.
- Dolor a la presión al caminar o estar de pie: El dolor se intensifica bajo presión, especialmente al rodar sobre el antepié.
- Formación de pies separados: El descenso del arco transversal provoca un ensanchamiento del antepié y una mayor presión sobre las cabezas de los metatarsianos, lo que puede provocar dolor en los pies.
- Sensación de "piedra" en el zapato: los afectados suelen tener la sensación de tener un cuerpo extraño en el zapato, típica de los metatarsianos sobrecargados.
- Ardor en las plantas de los pies u hormigueo en el antepié: la irritación nerviosa causada por sobrecarga o presión puede provocar dolencias neuropáticas como "ardor en las plantas de los pies" o "formicación".
- Entumecimiento en los dedos de los pies: La presión crónica sobre los nervios puede provocar entumecimiento, sobre todo en los dedos centrales.
- Aumento del dolor al caminar descalzo sobre suelo duro: sin amortiguación, la presión sobre los pies doloridos aumenta significativamente.
- Dolor al llevar zapatos apretados o duros: Los zapatos con poca libertad en la parte delantera del pie o las suelas rígidas aumentan la carga de presión.
- Metatarsalgia en reposo: La metatarsalgia en reposo también puede estar causada por inflamación, irritación nerviosa o fracturas por estrés. El dolor en reposo debe ser investigado por un médico, ya que puede indicar causas más graves.
- Formación de callos dolorosos o callosidades en el pulpejo del pie: Engrosamiento reactivo de la piel debido a la sobrecarga crónica de puntos de presión individuales.
- Aumento del dolor en el transcurso del día: Las molestias aumentan con la duración del esfuerzo y la fatiga de los músculos.
- Deformidades de los dedos de los pies (por ejemplo, dedos en garra): Las deformidades se producen debido a cambios en las condiciones de carga o a desequilibrios musculares.
- Dolor durante la actividad deportiva: correr, saltar o rodar rápido suelen exacerbar considerablemente los síntomas. Los afectados suelen quejarse de dolor en la parte inferior del antepié.
- Restricción del movimiento en la zona del antepié: el dolor lleva a aliviar la postura o a reducir la movilidad de los dedos.
- Dolor irradiado a otras zonas del pie (por ejemplo, dolor en los dedos): Debido a patrones de carga o compensación incorrectos, las estructuras vecinas también pueden reaccionar de forma dolorosa.
- Rigidez matutina en el antepié: tras periodos de reposo, especialmente por la mañana, el antepié se siente rígido; las estructuras irritadas por la sobrecarga necesitan tiempo para "asentarse".
- Incapacidad para caminar o permanecer de pie durante distancias más largas: El dolor se produce incluso con un esfuerzo moderado, lo que puede limitar significativamente la distancia que puede caminar.
- Calentamiento o hinchazón localizados: La inflamación del hueso metatarsiano o la inflamación de la cabeza del metatarsiano puede hacerse notar por un sobrecalentamiento o una ligera hinchazón. Los afectados suelen quejarse de hinchazón alrededor de la bola del pie con dolor en el antepié.
- Pérdida del movimiento natural de balanceo: Debido al dolor o a un desequilibrio muscular, el balanceo fisiológico sobre el antepié se ve alterado o compensado.
- Postura de evitación o patrón de marcha alterado: Para evitar el dolor, los afectados suelen desarrollar un patrón de evitación al caminar, que puede provocar más molestias (por ejemplo, en la rodilla, la cadera o la espalda).
Terapias convencionales - Qué ayuda en caso de dolor en el antepié
Existen varios enfoques para tratar la metatarsalgia o dolor del antepié. A continuación se enumeran algunas terapias para la metatarsalgia. La lista de terapias para el dolor del antepié no es exhaustiva. También se pueden combinar varias medidas para tratar la metatarsalgia. Se recomienda una consulta médica para determinar el tratamiento adecuado de la metatarsalgia.
- Plantillas (por ejemplo, con almohadilla): En caso de metatarsalgia, las plantillas pueden aliviar las sensibles cabezas metatarsales mediante una redistribución selectiva de la presión.
- Fisioterapia: La fisioterapia puede ayudar con la metatarsalgia fortaleciendo los músculos del pie, estirando las estructuras acortadas y entrenando la marcha para aliviar el dolor de pies y dedos.
- Amortiguación (por ejemplo, cojines de gel): Alivian el dolor agudo mediante la absorción de impactos.
- Terapia de frío o medicación antiinflamatoria: Para aliviar el dolor en caso de irritación aguda.
- Reducción de peso (para personas con sobrepeso): Reduce la carga mecánica sobre el antepié.
- Modificación de la actividad: Evitar temporalmente actividades extenuantes como caminar prolongadamente sobre superficies duras o hacer footing para evitar sobrecargas.
- Terapia manual / movilización: Para mejorar la movilidad de los tobillos y reducir los bloqueos.
- Taping / Kinesiotape: Apoya la estática del pie, proporciona alivio específico para el antepié y puede aliviar el dolor a corto plazo.
- Entrenamiento descalzo: Estimula los músculos del pie y mejora la conciencia del pie.
- Ejercicios de pie para el pie desviado: En el caso de la metatarsalgia, los ejercicios de pie para fortalecer los músculos del pie son útiles para sostener el arco transversal con músculos fuertes.
- Electroterapia / ultrasonidos: Para aliviar el dolor y favorecer la circulación sanguínea.
- Tratamiento con ondas de choque: se utiliza en algunos casos para tratar dolores crónicos, por ejemplo, fascitis plantar persistente o irritación de la inserción tendinosa en la zona del antepié.
- Inyecciones de cortisona: Para inflamaciones graves en el pie (por ejemplo, neuroma de Morton).
- Ajustes ortopédicos en el calzado: En el caso de la metatarsalgia, los rodillos de mariposa o las ayudas generales para rodar sobre el zapato son una opción para reducir el dolor en el antepié.
- Cirugía de la metatarsalgia: Para problemas estructurales si las medidas conservadoras no son suficientes o eficaces. Por lo tanto, la cirugía de la metatarsalgia debe ser la fase final del tratamiento.
Por desgracia, estas medidas no suelen reducir a largo plazo el dolor en la bola del pie, ya que no se eliminan las causas de la metatarsalgia. Por lo tanto, el objetivo de cualquier tratamiento de la metatarsalgia debe ser eliminar las causas. Como se ha descrito anteriormente, hay que abordar la falta de movimiento, el sedentarismo, los suelos duros y planos y el calzado inmovilizador y de apoyo. El modo de acción de kybun resulta ser una terapia adecuada para el dolor en la bola del pie, que puede eliminar las causas mencionadas.
modo de acción de kybun - Qué ayuda con el dolor del antepié
El objetivo de los productos kybun es eliminar los efectos nocivos de los suelos duros y planos y del calzado inmóvil y de apoyo, y combatir activamente la falta de ejercicio y el sedentarismo. Las propiedades elásticas y amortiguadoras de los productos kybun alivian la presión sobre los pies, por un lado, y los activan, por otro. El alivio garantiza, como primer paso, la reducción del dolor en la bola del pie. La activación pretende atajar las causas del dolor de metatarsalgia para que las molestias pasen a ser cosa del pasado a largo plazo. Esto hace que las zapatillas kybun sean ideales para el dolor en el antepié, ya que ayudan a tratar la metatarsalgia a través de los siguientes modos de acción:
- Distribución optimizada de la presión
Las personas con dolor en el metatarso del pie se quejan a menudo de puntos de presión al caminar y estar de pie. Sobre todo en superficies duras o con calzado de suela rígida, aumentan las molestias en el antepié. El dolor de la metatarsalgia también se agrava al rodar sobre el antepié, ya que aumenta la presión sobre las sensibles cabezas articulares.
Cuando se usan zapatos kybun, toda la planta del pie se envuelve en un material elástico y elástico. Los pies se hunden suavemente en la suela flexible, lo que conduce a una distribución uniforme de la presión. Esto reduce significativamente los picos de presión localizados en la zona del antepié, especialmente en las sensibles cabezas metatarsales y los nervios que las recorren. El resultado es un alivio notable e inmediato, que conduce a un rápido alivio del dolor en la bola del pie.

con kybun

sin kybun
- Activación de los músculos del pie gracias a sus propiedades elásticas y amortiguadoras
Las propiedades elásticas y amortiguadoras de los productos kybun crean una inestabilidad dirigida al caminar y al estar de pie, lo que anima al cuerpo a realizar constantes y sutiles movimientos de equilibrio. Esta actividad muscular permanente se produce de forma inconsciente y activa especialmente los músculos profundos de los pies y las piernas. El ejercicio regular fortalece estos músculos y favorece su función natural. Unos músculos del pie fuertes desempeñan un papel fundamental en la función de amortiguación y apoyo del pie. Estabilizan los arcos transversal y longitudinal, alivian la presión sobre los tobillos y garantizan que las fuerzas generadas al caminar se distribuyan de forma más uniforme por toda la planta del pie. Esta mejor distribución de las fuerzas produce un notable alivio de la presión, sobre todo en la zona del antepié, donde el dolor suele estar causado por la sobrecarga selectiva de las cabezas metatarsales y los nervios circundantes.
Estar de pie y caminar sobre materiales kybun también crea una tensión básica fisiológica en los músculos del pie y la pierna. Esta tensión muscular no sólo estabiliza el arco del pie, sino que también impide que el antepié se pliegue incontroladamente tras el golpe de talón. Esto protege estructuras sensibles como las terminaciones nerviosas y las cabezas articulares de una tensión incorrecta y excesiva. Más información al respecto en la siguiente sección.
Equilibrio y EMG
La capacidad de equilibrio se midió con una placa de fuerza moviendo el centro de gravedad del cuerpo de delante hacia atrás (ant-post) y de lado a lado (med-lat) al estar de pie. Al mismo tiempo, se registró la actividad muscular mediante electromiografía (EMG).

Con calzado convencional
- Reducción de la actividad muscular
- Reducción de la amplitud de movimiento del centro de gravedad del cuerpo

Con zapatos kybun
- Aumento de la actividad muscular
- Mayor amplitud de movimiento del centro de gravedad del cuerpo
- Balanceo natural del pie gracias a la activación muscular y a la función roll-off
Con un movimiento de balanceo sano y fisiológico -desde el talón hasta la articulación metatarsofalángica, pasando por el mediopié- todas las estructuras del pie reciben una carga uniforme. Esto favorece una distribución equilibrada de la fuerza en toda la planta del pie y alivia la presión sobre todo en la zona sensible del antepié.
Las propiedades elásticas y amortiguadoras del calzado kybun permiten que el talón se hunda suavemente en la suela al pisar. Esto significa que la carga sobre el cuerpo sólo aumenta gradualmente, dando a los músculos del pie y de la pierna el tiempo que necesitan para activarse a tiempo. Esta pretensión muscular temprana estabiliza el pie durante el proceso posterior de rodamiento y garantiza que el mediopié y el antepié se apoyen de forma controlada y suave. Esto protege la almohadilla de grasa natural bajo el antepié y las sensibles cabezas metatarsales de una tensión incorrecta y excesiva.
Además, la forma ligeramente redondeada de la suela de los zapatos kybun favorece el movimiento natural del pie hacia delante y promueve un balanceo armonioso y dinámico, un requisito clave para caminar sin dolor y aliviar de forma duradera el antepié.
Caminar sin rodar los pies
Marcha con balanceo del pie
- Reducción de la fuerza ejercida por suelos duros y planos gracias al efecto amortiguador
Cuando el talón golpea el suelo en los zapatos kybun, el material elástico y elástico de la suela se comprime, reduciendo la fuerza de reacción del suelo y transfiriéndola al cuerpo con retraso. La propiedad amortiguadora reduce los picos de carga que, de otro modo, actuarían directamente sobre las estructuras del sistema musculoesquelético. El retraso en la aplicación de la fuerza permite una activación muscular precoz para que los grupos musculares implicados, en particular los responsables de la estabilización de los arcos transversal y longitudinal, puedan precargarse a tiempo. Esto optimiza la ejecución eficaz de las funciones de apoyo y amortiguación del arco del pie. Este mecanismo también contribuye a evitar la caída del arco al colocar el antepié de forma controlada y precisa. Al mejorar la actividad muscular, se evita una tensión incorrecta y excesiva sobre las terminaciones nerviosas sensibles y las cabezas metatarsales, lo que protege el antepié y las estructuras asociadas en particular de picos de presión perjudiciales.
La suela elástica y elástica también permite almacenar durante un breve espacio de tiempo la energía cinética generada al pisar, que luego se libera para el movimiento hacia delante y el balanceo activo en el curso posterior del ciclo de movimiento. Este movimiento de balanceo funcional se describe detalladamente en la sección anterior y representa una ventaja adicional.
Durante la fase de balanceo, las propiedades de amortiguación de la suela siguen teniendo efecto, ya que las fuerzas de reacción del suelo no se transfieren directa y selectivamente a la parte delantera del pie, sino que se amortiguan suavemente y se distribuyen uniformemente. Este proceso ayuda a reducir la carga sobre la bola del pie y favorece un movimiento más fisiológico.
- Efecto de fuerza 1 durante el golpe de talón con calzado convencional
- Efecto de fuerza 2 durante el golpe de talón con zapatos kybun
- Fuerza en newtons
- Tiempo en segundos
- Caminar por terreno llano y duro con zapatos kybun
- Caminar por terreno llano y duro con otro calzado
- Protección contra las disfunciones fasciales gracias a las secuencias de movimientos fisiológicos
La fascia -el tejido conjuntivo que rodea los músculos, tendones y órganos- desempeña un papel fundamental en la transmisión de fuerza, la movilidad y la estabilidad de todo el sistema musculoesquelético, especialmente en la zona del pie.
Los patrones de marcha no fisiológicos, las cargas estáticas incorrectas o las reacciones demasiado duras al suelo provocan sobrecargas y "adherencias" de las estructuras fasciales, especialmente de la fascia plantar, que va desde el hueso del talón hasta las cabezas de los metatarsianos. Estas disfunciones de la fascia provocan una reducción de la capacidad de deslizamiento del tejido, lo que puede causar irritaciones locales, aumentos crónicos de la tensión y dolores asociados en la zona del antepié.
Las suelas elásticas y elásticas de kybun contrarrestan este proceso generando una amortiguación suave y controlada a cada paso, permitiendo así un movimiento de balanceo natural y armonioso del pie. La reducción selectiva de las fuerzas de impacto y la distribución uniforme de la carga de presión protegen las estructuras fasciales y evitan la sobrecarga. Al mismo tiempo, el movimiento activo y respetuoso con los músculos y la fascia favorece la circulación en el tejido conjuntivo, lo que contribuye a un mejor abastecimiento y regeneración de la fascia. - Mejora de la circulación gracias a una mayor actividad motriz
El uso de suelas elásticas aumenta significativamente la actividad de movimiento natural al caminar, ya que fomentan una marcha más dinámica y elástica y, por tanto, estimulan continuamente los músculos de la zona del pie y de la parte inferior de la pierna. Este aumento de la actividad muscular tiene un efecto directo en la circulación sanguínea de los tejidos implicados, especialmente en la zona del antepié, donde muchas personas tienen un riego sanguíneo insuficiente debido a una carga estática incorrecta, a la falta de movimiento o a superficies permanentemente duras.
La mejora de la circulación sanguínea conduce a un suministro optimizado de oxígeno y nutrientes a las estructuras locales. Al mismo tiempo, la eliminación de los productos metabólicos de desecho, que pueden causar irritación y dolor en el tejido, es significativamente más eficiente. Esto puede contrarrestar activamente los procesos inflamatorios, las adherencias fasciales y la tensión muscular en la zona del antepié. Los tejidos mejor irrigados son más resistentes, más capaces de regenerarse y menos sensibles al dolor. - Fomentar el ejercicio y reducir el sedentarismo
Los productos kybun, elásticos y elásticos, aumentan el placer del movimiento, ya que su material exclusivo descarga la parte delantera del pie al caminar y al estar de pie. El movimiento regular y variado activa y fortalece los músculos de los pies y las piernas. Los beneficios asociados ya se han explicado. Sentarse menos y caminar más también garantiza una mejor circulación sanguínea y una fascia más elástica. También se han descrito sus efectos positivos.
Consejos de aplicación para el dolor en el antepié
Antes de ponerte las zapatillas kybun por primera vez, debes tener en cuenta algunos consejos sobre su uso. El uso correcto de las zapatillas puede ayudar a aliviar el dolor en la bola del pie. El dolor de la metatarsalgia también puede tratarse con una terapia específica, que se explica en la siguiente sección.
- Al principio, lleva las zapatillas kybun sólo el tiempo que te permita el cuerpo. Deje de llevarlas si aumenta el dolor en la bola del pie o si el sistema musculoesquelético se cansa. El tratamiento de la metatarsalgia requiere tiempo. Las propiedades activadoras de los productos kybun entrenan la musculatura, lo que puede provocar las llamadas reacciones iniciales, sobre todo al principio.
- Presione el talón lentamente y de forma controlada sobre el material elástico y elástico para sentir cómo se hunde el talón y tensar los músculos del pie y la pierna. Un golpe de talón deliberado y controlado evita que el mediopié y el antepié desciendan de forma incontrolada y protege así la parte anterior del pie de una tensión excesiva. Al principio, asegúrese de que el mediopié y el antepié descienden lentamente y de que no rueda demasiado sobre el antepié. Esto es especialmente importante si tiene fuertes dolores en el antepié.
- Da pasos pequeños y controlados al principio para acostumbrarte a caminar con zapatillas kybun y aliviar la tensión de la parte delantera del pie. Aumente la amplitud de movimiento de los pies con el tiempo, si es posible. Intente girar sobre la articulación metatarsofalángica de forma controlada.
- Pruebe los siguientes ejercicios para potenciar la eficacia de las zapatillas kybun y aumentar las probabilidades de recuperación. Están pensados como terapia complementaria de la metatarsalgia y deben formar parte del tratamiento del dolor en la bola del pie.

Para los recién llegados al kybun
Al llevar zapatos kybun, la marcha pasa de ser suave a natural. En el 90% de los casos, esto ocurre sin problemas.
Más información
Ejercicios útiles para el dolor en el antepié
Para mejorar la eficacia de las zapatillas kybun y aumentar la probabilidad de recuperación del dolor en el antepié, recomendamos realizar los siguientes ejercicios. La selección de ejercicios no es exhaustiva y puede complementarse con otros ejercicios para la metatarsalgia. La regla básica para todos los ejercicios es que el dolor no debe agravarse. Si uno de los ejercicios de metatarsalgia aumenta el dolor, debe interrumpirse. Es deseable calmar y aliviar el "dolor" fuera del punto doloroso (por ejemplo, en la pantorrilla).
Los ejercicios de metatarsalgia se dividen en las siguientes áreas: "Marcha correcta con zapatos kybun", "Entrenamiento de la longitud muscular", "Rodamiento de la fascia" y "Fortalecimiento". Lo ideal es utilizar las distintas áreas como terapia complementaria para la metatarsalgia.
Caminar correctamente con los zapatos kybun
La calidad de cada paso individual es crucial en el tratamiento de la metatarsalgia para reducir el dolor y eliminar el esfuerzo incorrecto y excesivo. Por ello, las zapatillas kybun ofrecen una terapia ideal cuando duelen los metatarsos.
Golpe de talón controlado

- Presione el talón lentamente y de forma controlada sobre el material elástico y elástico para pretensar los músculos del pie y de la pantorrilla.
- Baje el mediopié y el antepié lentamente y de forma controlada para que el antepié esté fisiológicamente cargado.
- Da pequeños pasos al principio para que no tengas que rodar demasiado sobre el antepié.
Balanceo controlado

- Rodamiento fácil en el antepié sin empujar activamente sobre el antepié con mucha fuerza. El balanceo activo aumenta la presión sobre el antepié y ejerce una presión adicional sobre las sensibles cabezas de los metatarsianos.
- Probar la amplitud de movimiento posible al rodar en el antepié sin provocar o aumentar el dolor en la bola del pie.
- Si es posible, aumente la amplitud de movimiento y cambie a balanceo activo.
Entrenamiento de la longitud muscular
El entrenamiento de la longitud muscular es importante en el tratamiento de la metatarsalgia, ya que ésta suele estar causada por el acortamiento y la tensión de los músculos del pie y la pierna. Los ejercicios de estiramiento dirigidos pueden combatir activamente el acortamiento y la tensión y, por lo tanto, son una terapia ideal cuando duelen las bolas de los pies.
Planta del pie

- Coge el pie con las dos manos.
- Tire activamente del antepié hacia la espinilla para estirar la planta del pie.
- mantenga el ejercicio durante 3 x 30 segundos.
- realizar 1 - 2 veces al día
Músculos de la pantorrilla

- Posición inicial en estocada.
- El talón trasero está en contacto con el suelo y no debe levantarse.
- Flexione lentamente la rodilla delantera hacia delante hasta que sienta un tirón en la pantorrilla.
- 3 x 30 segundos por lado.
- realizar 1 - 2 veces al día.
Rodillo de fascia
El entrenamiento de la fascia con el rodillo de fascia es importante en el tratamiento del dolor en la bola del pie, ya que el desarrollo y los síntomas suelen estar causados por el acortamiento y la tensión de la cadena posterior (incluidos la planta del pie y los músculos de la pantorrilla). Al estirar regularmente la cadena miofascial acortada y tensa, el rodillo de fascia puede utilizarse como terapia activa de la metatarsalgia.
Planta del pie

- Extienda activamente la planta del pie con un rodillo o una pelota de fascia desde los talones hasta justo antes de las cabezas de los metatarsianos. En caso de dolor intenso, omita deliberadamente el metatarso.
- Realice el ejercicio lentamente y de forma controlada.
- Adapta la presión a tus sensaciones personales, pero llega hasta el umbral de dolor tolerable.
- Desenrolle cualquier adherencia localizada o mantenga la posición en este punto.
- 3 minutos por pie.
- realizar 1 - 2 veces al día.
Músculos de la pantorrilla

- Una pierna flexionada y la otra sobre el rollo de fascia. Aumente la presión colocando las piernas a ambos lados. Aumente aún más colocando las piernas una encima de la otra.
- Si experimenta dolor en la muñeca, el ejercicio también puede realizarse en los antebrazos.
- Extienda activamente la pantorrilla por encima del talón hasta justo debajo del hueco de la rodilla.
- Realice el ejercicio lentamente y de forma controlada.
- Adapta la presión a tus sensaciones personales, pero llega hasta el umbral de dolor tolerable.
- Desenrolle cualquier adherencia localizada o mantenga la posición en este punto.
- Al menos 3 minutos por pie.
- realizar 1 - 2 veces al día.
Fortalecimiento
El entrenamiento específico de la fuerza de los pies es crucial para que el arco del pie y los músculos puedan cumplir su función de amortiguadores naturales y amortiguar de forma óptima cualquier fuerza que se produzca. El entrenamiento muscular regular es especialmente importante en el caso del splayfoot para proteger el antepié de sobrecargas y cargas incorrectas. Unos músculos del pie fortalecidos impiden que el arco transversal descienda y reducen así la presión sobre las sensibles cabezas metatarsales. Por lo tanto, el entrenamiento de fuerza específico es una medida eficaz para tratar la metatarsalgia.
Músculos del pie Arco longitudinal

- Coloca una toalla o algo similar en el suelo.
- Coloque el pie al principio de la toalla.
- Agarra la toalla con los dedos de los pies y tira de ella hacia el pie flexionando los dedos.
- 3 series de 8 - 12 repeticiones por pie.
- Realizar de 2 a 3 veces por semana.
Elevaciones y elevaciones del dedo gordo del pie
- Coloque los pies en el suelo separados a la anchura de las caderas.
- Elevación del dedo gordo: El dedo gordo se levanta activamente y se vuelve a bajar lentamente. Todos los dedos, excepto el dedo gordo, permanecen en el suelo. No levante el borde interno del pie.
- Elevación del dedo gordo: Aquí, sólo el dedo gordo del pie permanece en el suelo. Los demás dedos se levantan activamente y se vuelven a bajar lentamente. No levante el borde exterior del pie.
- Es importante que las plantas de los pies y los talones no pierdan contacto con el suelo.
- Para simplificar el ejercicio, puede realizarse alternativamente con un solo pie.
- 3 series de 8 - 12 repeticiones por pie.
- Realizar de 2 a 3 veces por semana.



Ejercicios especiales
Para obtener información sobre los ejercicios especiales en el zapato kybun y los ejercicios básicos en la esterilla kybun.
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